La carne, harina de trigo y el maíz se encuentran entre los alimentos que ven reducida a cero la tasa de impuesto para importación que incluye siete categorías de productos alimenticios.
La decisión la tomó la Cámara de Comercio Exterior, vinculada al Ministerio de Economía, y entra a regir desde el 12 de mayo hasta el 31 de diciembre.
Los productos cuyos aranceles bajan a cero son carnes bovinas deshuesadas (el arancel era de 10,8%); menudencias y comestibles de carne aviar (el impuesto era del 9%); harina de trigo (pagaba 10,8%), otros trigos y mezclas de trigo con centenro (pagaban 9%); galletitas, productos de panadería, pastelería y bizcochos (pagaban 16,2%), y maíz en grano (7,2%). En marzo, también se anunciaron rebajas al café, la margarina, quesos, fideos, azúcar y aceite de soja.
En Argentina, el producto más importante que podría verse afectado por la mayor competitividad sería el trigo, el principal producto individualizado que la Argentina vende a Brasil. No obstante, desde el área económica de la Cancillería estimaron que la producción triguera ya está vendida y los embarques restantes no sentirán impacto alguno.
Si bien, como afirmó la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), el impacto de esta medida sobre las importaciones de Brasil es difícil de cuantificar con certeza, “conceptualmente esto incentivaría una mayor demanda de los productos incluidos [es decir, aquellos que bajan aranceles] de orígenes distintos al Mercosur que desplazarían a productores del bloque y/o los forzarían a implementar estrategias para bajar su precio o diferenciar su producto”.
Diana Mondino, economista y directora del CEMA, dijo que esta decisión de Brasil afecta a la Argentina, porque pone a todos los países que exportan esos productos en igualdad de condiciones. “Como vamos a dejar de contar con la ventaja que implicaba tener menos aranceles por ser del Mercosur, esto nos obliga a tener los mismos costos y calidad, si no queremos perder ventas”, opinó.
Luis Palma Cané, economista especializado en mercados internacionales, señaló que desde el punto de vista de Brasil, esta es una medida correcta para bajar su inflación, pero que mirada desde la Argentina, plantea mayores exigencias para exportar. “Nos va a aumentar la competencia, porque antes teníamos un arancel preferencial y ahora no, por lo que, si no nos volvemos más competitivos, nos van a comprar menos”, afirmó el especialista.
En febrero, y con vistas a alentar el empleo, Bolsonaro emitió un decreto que redujo en hasta 25% el Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI), como una forma de «estimular la economía», ganar competitividad y propiciar la «reindustrialización» del país, todos alicientes a la producción local, en desmedro de las importaciones.