El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue reelecto este domingo en segunda vuelta con el nivel de abstención más alto en los últimos 53 años y ante una adversaria, otra vez Marine Le Pen, que por primera vez elevó la adhesión a la extrema derecha por encima de 40%.
Macron obtenía 58,6% de los sufragios válidos contra 41,4% de Le Pen, informó el Ministerio del Interior cuando se había completado 100% del escrutinio.
Hace cinco años, Macron también había derrotado a Le Pen en balotaje, pero entonces el actual mandatario había reunido 66,1% de los sufragios.
Datos de la votación en 2da vuelta
Con un total de 48.747.914 de ciudadanos habilitados inscriptos se emitieron 32.077.537 votos válidos, 2.228.006 votos en blanco, y 790.997 votos nulos. 13.651.374 de habilitados no se presentaron.
- Emmanuel MACRON: 18.779.641 votos (91,9% de votos más que en 1ra vuelta).
- Marine LE PEN: 13.297.760 votos (63,4% de votos más que en 1ra vuelta).
La desmovilización de los electores ha aumentado entre la primera y la segunda vuelta:
Las presidenciales de 1969, celebradas todavía entre los rescoldos de la revolución de Mayo del 68, se planteaban como un momento decisivo para el futuro de Francia, tras la dimisión de Charles de Gaulle, el general que había marcado la vida política de este país desde la Segunda Guerra Mundial. Las elecciones de este domingo, en las que el presidente Emmanuel Macron ha derrotado a Marine Le Pen, también se presentaban como un momento decisivo para el devenir de Francia y de toda Europa.
Según el recuento del Ministerio del Interior, la abstención alcanzó el 28%, 2,6 puntos más que en las elecciones de 2017, cuando se situó en el 25,4%. Se ha producido además una desmovilización entre las dos vueltas, con un descenso de casi dos puntos con respecto a la votación de hace dos semanas (26,3%). Es, además, la segunda vez consecutiva en que la abstención aumenta entre las dos rondas.
La histórica abstención en esta 2da vuelta se explica “por una profunda frustración democrática”. Y cuando hablamos de frustración es en referencia a una una emoción que puede ser definida como «un sentimiento estrictamente desagradable, en la que una persona deposita previamente todos sus esfuerzos físicos, psíquicos, actitudes, aptitudes y tiempo, con la finalidad de alcanzar un objetivo establecido y a su vez, obtener la anulación del mismo».
Un pueblo (13.651.374 no emitieron voto y 2.228.006 votaron en blanco) que se une a las frustraciones de otras elecciones en otro países donde existe una tendencia al incremento de la abstención y del voto en blanco. Encontrando el por qué en las últimas crisis económicas, la decadencia de los partidos políticos posmodernos que no logran captar el voto, cuyas estrategias se acompañan de infundir el miedo utilizando términos como «ultraderecha» (término que hoy en día va dejando de causar ese miedo inventado), utilizando los medios de comunicación como aliados. Y no por casualidad un medio como «El País» de España, completamente plegado a la agenda globalista democrática, ha descripto la contienda de la siguiente manera: «los franceses han tenido que elegir entre un político centrista y una dirigente ultraderechista, que ponía en peligro el sistema republicano».
Ciertamente que entre los casi 16 millones de personas que optaron por no ir al centro de votación o lo hicieron pero votando en blanco, se podría haber encontrado esa solución a los poco más de 5 millones de votos de diferencia con Le Pen. Aún así no dejan de mostrar un severo hartazgo del sistema, sumado a los votos de Le Pen que también están en la búsqueda de un cambio radical.
Quizá son detalles los que no permiten hacer un giro drástico, una falta de conexión, un sistema democrático que está hecho para evitar justamente la llegada al poder de alguien que pondría en peligro los intereses internacionales como son la organización militar de la OTAN o la misma Unión Europea. Tal vez una combinación de todo un poco y que termina causando mayor frustración.
Podríamos decir también que Francia es Francia, un país que pocas veces a mostrado signos fuertes de un cambio que en estas elecciones parecía avizorarse más fuertemente luego de lo que fueron los confinamientos tiránicos sumados a los mandatos de vacunación que provocaron una crisis de despidos, protestas masivas, y críticas cada vez más severas hacía un presidente que también terminó recibiendo una bofetada allá por el 8 de junio en 2021 al grito de «¡Abajo el macronismo!».
Parecía decaer la imagen de Macron, en los últimos meses, y se pudo notar en la interesante diferencia de votos entre las elecciones de 2017 y 2022, ya que en la actual elección recibió 18.779.641 frente a los 20.275.122 de 2017. Igualmente esos pocos más de 1 millón de votos menos no fue suficiente.
No podemos dejar de lado la extraña aparición de Éric Zemmour, quien se presentaba con propuestas similares a las de Le Pen, y terminó captando 2.485.935 en aquella 1ra vuelta.
Y si hablamos de datos, Ipsos, nos trae algunas estadísticas que nos permiten entender un poco más la decadencia generalizada en Francia que lleva a la elección de Macron. Con un 42% de los votantes de Mélenchon (extrema izquierda) que terminaron votando por Macron. Mientras que un 65% de los votantes de Yannik Jadot del partido ecologista francés «Europa Ecología Los Verdes» (izquierda) consecuentemente hicieron lo mismo en favor del actual presidente. Y sin sorpresas tenemos a un 53% de los votantes de Valérie Pécresse del partido de centroderecha «Los Republicanos» que también entregaron su voto a Macron.
«Los Republicanos» un partido que se define ideológicamente como liberal conservador y De Gaullista, fundado por un ex presidente ya fallecido, Jacques Chirac, y que fue condenado en diciembre de 2011 por un Tribunal de París a dos años de prisión por malversación de fondos públicos en la contratación ficticia de funcionarios en el ayuntamiento parisino entre 1990 y 1995. Tras haber mostrado en su juventud marcada simpatía con los comunistas, realizó su carrera política en las filas de la derecha parlamentaria, adhiriéndose a distintos grupos gaullistas.
Y otro de los ex presidentes vinculado a «Los Republicanos» ha sido Nicolas Sarkozy (que gobernó desde 2007 a 2012) cuyos escándalos y hechos de corrupción han sido manifiestos:
El 1 de marzo de 2021 fue condenado por un juzgado de París a tres años de cárcel por delitos de corrupción (intento de soborno a un juez) y tráfico de influencias. Casi siete meses después fue finalmente condenado a un año de prisión por considerar probada el tribunal la financiación ilegal de su campaña en las elecciones presidenciales de 2012.
- El mismo domingo que era elegido presidente, festejó la victoria con una cena y una noche en un hotel lujoso, además de realizar un crucero en un yate por el mar Mediterráneo, habiendo llegado al mismo en un avión privado, todas atenciones del empresario francés Vincente Bolloré, lo que levantó una ola de críticas y suspicacias. En su defensa, el político argumentó que el viaje «no ha costado un céntimo a los contribuyentes».
- A un mes de celebradas las elecciones, se sumaron los escándalos relacionados con los rumores de infidelidad y de contratación de trabajadores ilegales.
- En octubre de 2007, Sarkozy interrumpe abruptamente una entrevista grabada en el Palacio del Elíseo, en París, para el programa 60 Minutes de la cadena estadounidense CBS, después de que la entrevistadora, la periodista Lesley Stahl, lo consultara sobre los rumores de divorcio con Cécilia Sarkozy. En las imágenes se puede ver que el mandatario francés, alzando la mirada, murmura Qué imbécil antes de levantarse dejando plantada a la periodista.
- En febrero de 2008, y delante de las cámaras de televisión, insultó a un ciudadano durante una feria de agricultura.
- Una fuerte polémica nacional en torno al acceso de su hijo, Jean Sarkozy, de veintitrés años y estudiante de tercero de Derecho, a la presidencia de la EPAD (organismo público que regula y ordena el barrio de los negocios de La Défense, cerca de París) generó fuertes críticas acusando al presidente de la República Francesa de practicar el nepotismo.
- En el año 2011, durante la reunión del G-20, dio una lista de paraísos fiscales del mundo, en los que menciona a Panamá y Uruguay. Estas declaraciones provocaron molestias en ambas naciones con enérgicas respuestas diplomáticas.
- En octubre de 2019, la justicia anunció que Nicolas Sarkozy sería juzgado por excederse de los 22,5 millones de euros permitidos para una campaña electoral en su contienda de 2012. El 30 de septiembre de 2021 fue condenado a un año de cárcel por ser considerados estos hechos como financiación ilegal de partidos, aunque con la posibilidad de cumplir la pena en su domicilio bajo control telemático y evitar así el ingreso en prisión.
- El 1 de marzo de 2021 fue condenado a tres años de prisión por el delito de tráfico de influencias y corrupción. Según la sentencia, que se basó en una escucha telefónica de 2014, Sarkozy planeó junto a su abogado Thierry Herzog sobornar al juez Gilbert Azibert para que les entregara información sobre una investigación penal ya cerrada que se desarrollaba en su contra.
Luego de estas aberraciones de ex presidentes como Chirac y Sarkozy no podía Francia no seguir la tradición y terminó eligiendo en 2012 a François Hollande (del Partido Socialista de centroizquierda), con la obtención de 18.000.668 de votos (una cifra similar a la cantidad de votos que ha recibido Macron en la reelección). Esa cantidad de franceses que optaron nuevamente por un izquierdista fueron resultado de una 2da vuelta y en oposición a los 16.860.685 votos obtenidos por el impresentable Nicolas Sarkozy («Los Republicanos»).
No es de sorprender que Francia haya reelecto al empleado de los Rothschild y buen alumno de Klaus Schwab del Foro Económico Mundial, Macron, es una cuestión de tradición por lo malo, repetitivo, como así fuera que se sienten conformes. Es simplemente Francia.