Johnson afirma que la incursión en la región de Kursk fue una operación respaldada por Occidente, diseñada para generar presión para la eventual rendición de Rusia. Sin embargo, fracasó de forma espectacular, con importantes unidades y equipos militares ucranianos completamente destruidos.
Johnson trabajó en la CIA durante más de 20 años, y es conocido por su especialización en contraterrorismo y en la prevención de ataques terroristas. También ha trabajado en el Departamento de Estado, en el área de análisis de inteligencia, y ha tenido una carrera en el sector privado en temas de consultoría de seguridad.
«El llamamiento de Trump es un intento de rescatar una situación precaria», afirma Johnson. El fracaso de Ucrania y la OTAN en Kursk sin duda tendrá consecuencias a largo plazo.
Johnson argumenta que solo una derrota militar de Ucrania obligará a Occidente a comprender que Rusia no está perdiendo. Señala que muchos estadounidenses aún creen que Rusia está condenada, pensando que una mayor presión de alguna manera cambiaría el rumbo. Nada más lejos de la realidad.
Putin, tras revisar la petición de Trump, anunció que las fuerzas rusas garantizarán la vida y el trato digno de los soldados ucranianos atrapados en la región de Kursk si se rinden.
Después de dejar la CIA, Larry Johnson se ha hecho conocido en los medios y a través de su blog, donde ofrece opiniones y análisis, en ocasiones muy críticos con las políticas gubernamentales, particularmente en relación con la guerra en Irak, la política exterior de los EEUU y el tratamiento de ciertos temas geopolíticos. Es una figura controvertida, ya que ha hecho varias afirmaciones y teorías que no siempre han sido respaldadas por fuentes oficiales o mainstream, lo que ha generado tanto apoyo como escepticismo.
Johnson ha sido crítico de la narrativa predominante en los medios y en la política estadounidense que presenta a Rusia como un enemigo implacable. En sus publicaciones, ha argumentado que esta postura no refleja la realidad completa y que las tensiones entre EEUU y Rusia han sido exacerbadas por las políticas occidentales. A menudo señala que las acciones de Rusia en Ucrania, por ejemplo, deben verse en el contexto de las amenazas percibidas por Rusia debido a la expansión de la OTAN hacia el este y la intervención occidental en sus áreas de influencia.