De acuerdo a Christian Today, InfoCatolica y FSSPX.Actualités se informa que, según la encuestadora Whitestone Insights que interrogó a 2,088 adultos británicos sobre la siguiente conclusión: «A menos que se puedan eliminar las partes ofensivas, los libros que contengan lo que algunos perciben como discurso de odio, incluidos, cuando sea necesario, textos religiosos como la Biblia, deberían prohibirse». Casi uno de cada cuatro jóvenes dijo estar de acuerdo con tal afirmación.
Lois McLatchie, de Alliance Defending Freedom UK, expresó su preocupación por estos resultados. “Es posible que ya no seamos una población mayoritariamente cristiana en Gran Bretaña. Esta es una razón más para proteger la libertad de expresión y de creencias para todos», afirmó y añadió que el gobierno ya había tomado medidas preocupantes a favor de la censura, como arrestar a los predicadores callejeros por citar la Biblia en público y procesar a los activistas provida por orar en silencio cerca de las clínicas de aborto. McLatchie citó el ejemplo de Finlandia para señalar las consecuencias de la “censura cristiana”. La ex ministra del interior, Päivi Räsänen, fue absuelta el mes pasado de los cargos de incitación al odio por segunda vez después de una batalla legal de cuatro años. Fue acusada penalmente después de tuitear un versículo de la Biblia sobre el matrimonio y la sexualidad.
El resultado de esta encuesta muestra la rápida descristianización en Inglaterra. Hace un año, la Oficina de Estadísticas Nacionales reveló los resultados de un censo religioso. Por primera vez, menos de la mitad de la población de Inglaterra y Gales (27.5 millones de personas) se describió a sí misma como “cristiana”, es decir, el 46.2% de la población.
En 10 años, de 2011 a 2021, la población cristiana (católicos y protestantes combinados) disminuyó en 5.5 millones, es decir, una sexta parte. Esta noticia provocó que las asociaciones y partidos exigieran la desaparición del lugar privilegiado que ocupa la Iglesia de Inglaterra –anglicana, cabe recordar– en su papel en el Parlamento o en las escuelas.