5 formas políticas de dañar al niño

El cristianismo revolucionó la forma en que la sociedad pensaba en los niños. Gracias a la cristiandad (“sinite parvulos venire ad me”) obtuvieron el reconocimiento de un valor inherente y un enfoque especial. Ya no fueron vistos como cargas indignas de consideración hasta que pudieran contribuir a la supervivencia de una familia, los niños se convirtieron en bendiciones que merecían ser procreados, protegidos y proveídos. El escrito OM Bakke introduce este cambio trascendental en la historia occidental al decir “los niños se convirtieron en personas”.
Sin embargo, existen 5 formas en que las políticas progresistas son funcionales a la destrucción de la vida de los niños.
1. “Asesinato de niños”: El aborto pasó de ser considerado el asesinato de un niño por nacer a ser un simple derecho reproductivo donde la mujer elige libremente qué hacer con aquel conjunto de células.
2. “Sexualización infantil”: La agenda LGBT se ha focalizado de manera obsesiva en diagramar cada escena cultural, mediática, educativa y política, para que la vida sexual se haga presente en la mente de los más tiernos infantes.
3. “Instigar el terror del apocalipsis inminente”: A pesar de la contundente evidencia que demuestra cómo las predicciones ecologistas han fallado constantemente, se infunde el terror de que el mundo ha de acabar por la sola culpa de la existencia de las nuevas vidas jóvenes.
4. “Enseñar el odio a uno mismo”: Ser hombre, blanco, cristiano, heterosexual… todo lo que el niño sea, por más que algunas cuestiones sean indisponibles como las biológicas, amerita cargar culpa para que el menor se odie a sí mismo por la responsabilidad que implica tener un determinado color de piel o cierto órgano reproductor.
5. “Daños innecesarios de por vida por los confinamientos”: Desde el abandono escolar hasta la pandemia en torno a la depresión y ansiedad, la salud integral de los jóvenes y los niños fue destruida por los gobiernos progresistas que priorizaron el totalitarismo en nombre de, paradójicamente, la salud pública.