Volkswagen está dispuesto a permitir que los fabricantes de automóviles eléctricos chinos se hagan cargo de las líneas de producción en sus fábricas en crisis, mientras la industria automotriz alemana se ve afectada por una recesión.
Los ejecutivos del gigante automotriz señalaron que estarían abiertos a alianzas con rivales chinos para utilizar parte del exceso de capacidad en sus fábricas mientras reducen la producción.
Gernot Döllner, director ejecutivo de la marca Audi de Volkswagen, dijo al Financial Times que los acuerdos con empresas de automóviles eléctricos “reducirían la barrera de entrada de estos competidores” y agregó: “Sin duda, eso es pensable”.
David Powels, director financiero de la marca homónima de Volkswagen, declaró al periódico: «Estamos abiertos a cualquier conversación sobre cualquier tema con cualquier socio. En un mundo dinámico, hay que mantener abiertas todas las opciones».
La empresa había argumentado que sus fábricas se habían construido para abastecer a un mercado automovilístico europeo en el que vendía 16 millones de vehículos al año, pero que ahora solo había demanda de unos 14 millones de automóviles, lo que significaba que, en esencia, no necesitaba dos de sus fábricas.
Sin embargo, abandonó los planes de cerrar las plantas después de llegar a un acuerdo con los sindicatos para eliminar los pagos de bonificaciones y reducir más de 35.000 puestos de trabajo para 2030. Es decir, reducir la producción en las fábricas en lugar de cerrar plantas.
En ese momento, Volkswagen dijo que el acuerdo le ayudaría a ahorrar más de 15.000 millones de euros (12.400 millones de libras esterlinas) en salarios.
Las señales de que los fabricantes de automóviles alemanes están considerando acuerdos para utilizar el exceso de espacio en sus fábricas llegan en un momento en que luchan contra la feroz competencia de los fabricantes de vehículos eléctricos chinos, que han estado inundando Europa con vehículos más baratos.
La UE impuso aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos chinos el año pasado en medio de acusaciones de que Pekín estaba otorgando a las empresas subsidios injustos que permitían a los fabricantes del país socavar la industria europea.
Sin embargo, los fabricantes de automóviles alemanes han tenido dificultades para ponerse al día con la transición hacia la fabricación de automóviles eléctricos después de años en los que China ha liderado el camino en materia de innovación.
La desaceleración de la industria automotriz alemana ha suscitado preocupaciones sobre su economía en general, dado que históricamente ha dependido del sector.
A principios de este mes, las cifras revelaron que la economía se contrajo por segundo año consecutivo en 2024. Según la oficina de estadísticas alemana, la economía se contrajo un 0,2 % en 2024, tras una caída del 0,3 % el año anterior.
Timo Wollmershäuser, del Instituto Ifo de Múnich, afirma: “Alemania atraviesa, con diferencia, la fase de estancamiento más larga de su historia de posguerra. Además, se está quedando muy atrás en la comparación internacional”.