Según un reportaje del diario sueco Expressen, Naddaf, de 36 años (con más de 10 millones de seguidores en TikTok, Instagram y YouTube), abandonó Dinamarca y regresó a Siria.
En un video, la influencer, que huyó a Dinamarca hace once años, explicó por qué hizo las maletas: «Mis hijos no deberían crecer en un lugar cuyas costumbres y tradiciones son tan diferentes a las nuestras». El detonante: ¡las banderas del Orgullo en las escuelas de sus hijos!.
Para Naddaf, el símbolo del movimiento LGBTQ+ era una señal de que Europa se había alejado de los «valores tradicionales». «No podía soportar la idea de que mis hijos crecieran en ese ambiente», dice entre lágrimas en el video, que ha sido visto millones de veces.
Naddaf, quien alcanzó notoriedad en redes sociales tras reconstruir su vida en Europa y compartir contenido sobre estilo de vida y superación personal, justificó su regreso afirmando que “ya no se siente representada por los valores occidentales”. En publicaciones recientes, sostuvo que la “imposición de símbolos ideológicos” como la bandera arcoíris “va contra sus creencias culturales y religiosas”.
La tiktoker más famosa de Dinamarca
Salma Naddaf llegó a Dinamarca desde Siria con su familia en 2014. Cinco años después, comenzó a publicar videos de bricolaje y manualidades en árabe en YouTube: ideas sencillas de decoración, a menudo con temática religiosa.
A pesar de haberse marchado, Naddaf afirma: «Estoy agradecida por mi tiempo en Europa. Aprendí a ser tolerante con todas las personas, independientemente de su religión u origen». Pero añade que no veía otra alternativa para el futuro de sus hijos: «Mi regreso a Siria era importante para su futuro».
El caso ha provocado un intenso debate entre sus seguidores: mientras algunos la apoyan por “defender sus raíces”, otros la acusan de “hipocresía” por renegar del mismo entorno liberal que le permitió alcanzar fama e independencia.




