Un sistema económico que nos habla de sentimientos y que todo irá mal hasta que mejoren los ánimos

En el último tiempo se nos ha querido mostrar una ficción, y cómo los Bancos Centrales imprimen cantidades de dinero como si eso fuera a resultar mágicamente en hechos económicos positivos.

Antes del 71, años del estándar del oro, cuando existían fábricas, se creaba riqueza y todo ello se media en dinero. Hoy se cree que, si se imprime dinero casi ilimitadamente, todo se resolverá por arte de magia.

Durante el 2020, y 2021, obligadamente muchísima gente no ha estado trabajando, y ahora, por el sistema de comercio y el «justo a tiempo», faltan suministros, hay retrasos cada vez mayores en las entregas y los costos de envíos se han multiplicado. Mientras, en su mundo, la Reserva Federal imprime más dinero y dice que lo hará hasta que mejoren los ánimos. A lo que en conclusión podemos decir que la falta de suministros continuará o se agravará hasta que mejoren esos ánimos.

En el mundo automotriz, James Farley, director ejecutivo de Ford, dice que la escasez de componentes electrónicos básicos continuará hasta fines del próximo año (cómo sabe que será hasta fines de 2022, no lo sé). Por ende, Ford la detenido la producción debido a esta escasez.

Resumidamente, a esa escasez la respuesta es la impresión de dinero, a su vez, será otra rueda imparable girando que provocará más escasez. ¿Por qué? Es la pregunta. La gente se verá con más dinero, como en el último tiempo, creyendo que tiene poder adquisitivo, el cual ya hemos dicho es una total ficción, sin sustento alguno, porque son los bienes, las fábricas en funcionamiento, las que deben crear la riqueza y no está ocurriendo.

Nos dicen que el problema es la crisis sanitaria, pero el sistema ya se estrelló en 2008, y era cuestión de tiempo para un nuevo desastre mayor. Y quienes han estado provocando esta estafa gradual son criminales, y que han causado simplemente males por doquier.

Es una cuestión de sentimentalismo, de ánimos, que ellos han generado, es esa negatividad que se traduce en crímenes sin víctimas, es decir la impresión descontrolada de dinero. Digo sin víctimas, pero en un sentido indirecto, podemos nombrar a los cientos de miles que murieron y mueren por el consumo de opiáceos y todo tipo de sustancias y cuya cantidad de afectados se ha visto multiplicada en los últimos dos años porque un sistema económico basado en charlatanería, fraudulento, y con una voluntad enfermiza termina por enfermar a la sociedad.

Y sobre esa enfermedad y corrupción, un economista, escritor y legislador francés liberal, Frederic Bastiat, dijo que «cuando los corruptos se juntan, crean leyes para justificar su corrupción». Bueno, en las últimas semanas el presidente de la Reserva Federal de Dallas, Robert Kaplan, tuvo que salir el 8 de octubre de su puesto por ser acusado de haberse beneficiado de la intervención del Banco Central en 2020 en los mercados financieros. Ante esa acusación dijo que todas sus operaciones las consultaba con sus asesores y que las normas le permitían hacer todo eso. Es decir, estamos hablando claramente de información privilegiada.

En la mala práctica de lo que se conoce como recompra de acciones, que es financiada con deuda, desde el año 2012 alcanzó los 5.5 billones de dólares, y la deuda empresarial aumentó en 4.7 billones. La recompra de acciones es cuando una empresa utiliza su efectivo para comprar y retirar así algunas de sus acciones del mercado. Una práctica que se ha ido acelerando en el último año. Y en el top 10 de empresas se encuentran, por ejemplo, Apple, Facebook, Google, Microsoft, Oracle, JP Morgan, Bank of América. Esto, básicamente y para que se entienda, es dinero quemado, y los 5.5 billones de dólares podrían haberse invertido en proyectos de expansión en EEUU, en mano de obra local, en formación, o hasta podrían haber pagado un poco más de impuestos.

Para peor aún, esos 5.5 billones de dólares fue dinero regalado por los Bancos Centrales, justificando de esta forma la emisión de dinero a las más bajísimas tasas de interés y, en concreto, básicamente les pagaban para que pidieran ese dinero prestado.