
Como parte de un marco de paz emergente entre Armenia y Azerbaiyán, los EEUU han asegurado derechos exclusivos de desarrollo y supervisión sobre el corredor, desplazando de manera efectiva el papel de larga data de Rusia como mediador en el conflicto. El corredor se extiende aproximadamente 32 kilómetros y se ha convertido en un elemento central en las negociaciones regionales desde los avances de la guerra de Azerbaiyán en 2020. Bajo el nuevo marco, el corredor será administrado por un consorcio liderado por los EEUU que opera bajo la jurisdicción legal armenia, pero se regirá por un acuerdo de arrendamiento a largo plazo en el que los EEUU proporcionan garantías de seguridad e inversión en desarrollo económico. EEUU recibirá así derechos exclusivos de desarrollo y gestión por 99 años para construir infraestructura sobre el tramo de aproximadamente 27–32 km.
La infraestructura será designada oficialmente la «Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional» o TRIPP, reflejando la participación personal del Presidente Trump en las negociaciones trilaterales. Conectará Azerbaiyán con su exclave de Nakhchiván atravesando territorio armenio. Este corredor servirá para transporte terrestre, corredores ferroviarios, oleoductos, gasoductos y fibra óptica.
Su importancia va mucho más allá del tránsito regional: ofrece a Azerbaiyán acceso directo por tierra a Turquía sin atravesar territorio armenio en condiciones soberanas normales, reduce la influencia de Irán al recortar su papel de tránsito y socava el apalancamiento estratégico de Rusia basado en su anterior mantenimiento de la paz y dominio diplomático en la zona. Rusia, marginado por primera vez desde su cese al fuego negociado en 2020, al parecer no ha sido consultado sobre el marco final.
El acuerdo incluye un compromiso formal con el reconocimiento pacífico de las fronteras, la facilitación del comercio transfronterizo y la inversión regional.
Armenia no ha comenzado las obras en su territorio, lo que impide que el corredor sea operativo en este momento.
Los funcionarios estadounidenses también han señalado su intención de disolver el Grupo de Minsk de la OSCE, el formato trilateral tradicional ruso-francés-estadounidense utilizado durante décadas para mediar en el conflicto de Nagorno-Karabaj.
A Armenia se le prometió inversiones para reconstruir infraestructura dañada durante los recientes conflictos en la región de Syunik y otras zonas. Esto incluye carreteras, ferrocarriles y proyectos energéticos, con fondos y apoyo técnico occidental.
Respecto de Rusia, después de la derrota militar de Armenia ante Azerbaiyán, con apoyo turco e israelí a este último, se debilitó significativamente la posición rusa en el conflicto. Rusia intervino a través de fuerzas de paz, pero su actuación fue vista por muchos armenios como insuficiente o parcial. Además, la falta de una respuesta contundente rusa a las presiones y bloqueos a Armenia generó desencanto.
Corredor de armamento y problema cristiano/musulmán
Existe una alta peligrosidad en que el corredor TRIPP podría no solo reconfigurar rutas comerciales, sino convertirse en una arteria logística para transporte de armamento que altere el equilibrio militar en la región, y eso podría tener consecuencias graves para las minorías cristianas, en particular los armenios desplazados de Nagorno-Karabaj.
Aunque el acuerdo se presenta como un proyecto de paz e infraestructura, en zonas geopolíticamente sensibles las rutas de transporte pueden tener doble uso: civil y militar.
Tras la ofensiva de Azerbaiyán en septiembre de 2023, prácticamente toda la población armenia cristiana del enclave —alrededor de 120.000 personas— se exilió hacia Armenia. Aunque el acuerdo de paz habla de estabilidad, un corredor que refuerce el poder militar de Bakú podría disuadir cualquier retorno y consolidar la pérdida definitiva de Karabaj para los armenios.
Azerbaiyán y Turquía son mayoritariamente musulmanes, y aunque oficialmente no se plantea como conflicto religioso, en la práctica el debilitamiento de Armenia afecta a la única mayoría cristiana histórica del Cáucaso sur.
Las regiones armenias cercanas a la ruta del corredor —como Syunik— son también de población mayoritariamente cristiana. La militarización podría aumentar el riesgo de hostigamiento o desplazamiento indirecto.
Durante la firma del acuerdo de paz mediado por EEUU el Presidente Trump anunció formalmente el levantamiento de las restricciones a la cooperación militar con Azerbaiyán, incluyendo la suspensión de la aplicación de la Sección 907 del Freedom Support Act, que había limitado por décadas la asistencia militar directa desde EEUU. La Casa Blanca informó que se ampliaba la cooperación en defensa con Azerbaiyán, en adición a acuerdos energéticos, comerciales y tecnológicos.
La Sección 907, aprobada en 1992, prohibía cualquier tipo de ayuda directa de EEUU al gobierno de Azerbaiyán, a menos que se demostraran avances en poner fin al bloqueo contra Armenia y Nagorno-Karabaj. Desde el 2002, existía una cláusula que permitía al presidente de EEUU eximir esta restricción mediante una certificación anual al Congreso, siempre y cuando se justificara en interés nacional (por ejemplo, lucha antiterrorista o seguridad regional). Sin embargo, recientemente (noviembre de 2023), el Senado de EEUU aprobó un proyecto de ley destinado a eliminar esta autoridad de exención, lo que implicaba efectivamente una suspensión de la exención para 2024–2025.
Irán
El corredor TRIPP pasará por la provincia armenia de Syunik, que limita tanto con Irán como con Azerbaiyán. Desde un punto de vista militar, un paso controlado o gestionado por EEUU y Azerbaiyán abre la posibilidad de movilizar tropas, material logístico o equipos de inteligencia muy cerca de la frontera iraní.
Azerbaiyán mantiene una cooperación militar estrecha con Israel, incluyendo el uso de drones, sistemas de radar y misiles de precisión. Incluso diversos informes han señalado que Israel ha utilizado territorio azerbaiyano para operaciones de inteligencia contra Irán.
Si el corredor queda bajo gestión estadounidense y con infraestructura dual (civil y militar), podría facilitar: Bases de reabastecimiento y logística para fuerzas aliadas, centros de vigilancia electrónica para monitorear el noroeste de Irán, y movilización rápida de armamento de alta tecnología.
Irán ya ha advertido en el pasado que cualquier presencia militar extranjera en esa franja sería una “línea roja”:
-Escenario mínimo: el corredor se usa solo para comercio, pero Irán refuerza su frontera y aumenta la vigilancia.
-Escenario intermedio: presencia de “personal de seguridad” estadounidense o aliado, lo que Irán podría interpretar como una base avanzada.
-Escenario máximo: el corredor se convierte en un punto logístico para operaciones de presión o incluso ataques contra objetivos dentro de Irán en caso de crisis.
Rusia
Este corredor también tiene una dimensión geopolítica que puede aislar parcialmente a Irán de Rusia en el plano logístico y estratégico.
Hoy, gran parte del tránsito terrestre entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia pasa por rutas que pueden incluir pasos cercanos o dentro de Irán, dependiendo de las conexiones. El corredor crearía una vía directa Azerbaiyán–Nakhchiván–Turquía–Europa, saltándose por completo a Irán y Rusia.
Irán y Rusia promueven el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), que conecta India, Irán, el Caspio y Rusia. Si EEUU y sus aliados posicionan el corredor TRIPP como ruta más segura y rápida, parte del flujo comercial que podría ir por Irán hacia Rusia se desviará hacia Turquía y Europa. Esto podría erosionar los planes de Moscú y Teherán de convertirse en socios logísticos clave para Asia y Europa.
Turquía
Turquía no solo está implicada sino que es uno de los grandes beneficiarios de este corredor, y eso implica un giro estratégico muy interesante en la política regional de Erdogan, fortaleciendo la posición geopolítica turca en una región tradicionalmente disputada entre Rusia, Irán y Occidente.
Al involucrarse en un proyecto con participación directa o indirecta de EEUU, Turquía puede mejorar sus relaciones con Washington, que han sido tensas por varios años pero que también, por su posición en la OTAN, Ankara tiende a inclinarse hacia Occidente mucho más que con Rusia. Mostrando Erdogan en el pasado un enfoque que podríamos decir es pragmático, oscilando entre alianzas con Rusia, Irán y Occidente según convenga.
Este acuerdo puede ser una señal de que Turquía está moderando su postura hacia EEUU y la OTAN, buscando maximizar beneficios estratégicos y económicos.
Turquía busca ser un actor imprescindible en la nueva reconfiguración del Cáucaso tras años de conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. Este movimiento también podría ayudar a Erdogan a enfrentar tensiones internas y presiones económicas mostrando logros internacionales concretos.
Israel
Azerbaiyán ya es uno de los principales proveedores de petróleo a Israel (alrededor del 40% del crudo israelí proviene de Bakú, vía el oleoducto Bakú–Tiflis–Ceyhan que llega al Mediterráneo turco). En los últimos años, también se ha explorado la exportación de gas natural a Israel usando redes ya existentes y ampliaciones de infraestructura.
La cooperación militar e inteligencia entre ambos países es profunda, y se ha reportado que Israel ha usado territorio azerbaiyano para operaciones de vigilancia sobre Irán. El corredor permitiría reforzar su alianza con Azerbaiyán, que ya le proporciona acceso geopolítico privilegiado frente a Irán.
El corredor incluye la posibilidad de tender oleoductos, gasoductos y fibra óptica bajo control de un consorcio gestionado por EEUU:
Esto permitiría una nueva ruta terrestre para transportar gas del Caspio:
-Desde Azerbaiyán hacia Nakhchiván.
-De Nakhchiván a Turquía.
-Desde Turquía hacia el puerto de Ceyhan o hacia la red turca que conecta con proyectos como EastMed y tuberías submarinas.
Turquía e Israel ya han tenido conversaciones sobre construir o reactivar un gasoducto que conecte sus sistemas, lo que facilitaría el flujo de gas desde el Caspio hasta Israel vía Turquía.