Turquía acordó apoyar las candidaturas de Finlandia y Suecia para ingresar en la OTAN, dijo el martes el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
«Me complace anunciar que ahora tenemos un acuerdo que allana el camino para que Finlandia y Suecia se unan a la OTAN», dijo a los periodistas al margen de una cumbre de la OTAN en Madrid.
“Turquía, Finlandia y Suecia firmaron un memorando que aborda las preocupaciones de Turquía, incluidas las relacionadas con la exportación de armas y la lucha contra el terrorismo”, agregó.
Turquía ha levantado el martes en Madrid su veto a la candidatura de Suecia y Finlandia para entrar en la OTAN. Tras semanas de negociaciones, con Ankara manteniendo el bloqueo a los países nórdicos, en las últimas horas los contactos se han intensificado para arreglar la situación en la cumbre de Madrid. La decisión de Turquía ha llegado tras una reunión de los máximos mandatarios de los tres países, con la presencia del secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en la capital española.
“Hemos llegado a un acuerdo que allana el camino para que Suecia y Finlandia se unan a la OTAN”, ha confirmado Stoltenberg en una comparecencia inmediatamente después de la firma de un memorándum entre el país aliado y los dos aspirantes, que han rubricado públicamente los ministros de Exteriores de los tres Estados. El documento firmado “aborda las preocupaciones de Turquía, incluidas las relativas a la exportación de armas y la lucha contra el terrorismo”, ha añadido el secretario general de la Alianza, en referencia a las dos principales reticencias de Ankara para dar su visto bueno a la adhesión de Estocolmo y Helsinki. “Pronto seremos 32 [países aliados]”, ha asegurado.
La decisión, que manda una poderosa señal política hacia Rusia cuatro meses después de invadir Ucrania, abre el camino a la novena ampliación de la OTAN. Este mismo miércoles, según Stoltenberg, los aliados tomarán la decisión de invitar formalmente a Suecia y Finlandia para que se conviertan en miembros. Finalmente, la decisión sobre su acceso tendrá que ser aprobada en todas las capitales aliadas. “Estoy seguro”, ha subrayado, “de que la adhesión de Suecia y Finlandia a nuestra alianza es algo que sucederá”.
El documento firmado recoge que “Finlandia y Suecia no proporcionarán apoyo a [las milicias kurdosirias] YPG / PYD [su brazo político], y la organización descrita como FETÖ en Turquía [en referencia a la organización político-religiosa del predicador islamista Fethullah Gülen, antiguo aliado de Erdogan devenido en adversario y cuyos miembros estuvieron implicados supuestamente en el intento de golpe de Estado de 2016]”, según el documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS.
En el texto, los dos países aspirantes también “confirman que el PKK [Partido de los Trabajadores de Kurdistán] es una organización terrorista proscrita” y ambos se comprometen a “prevenir sus actividades”, añade en referencia al grupo armado kurdo que desde 1984 mantiene la lucha armada contra el Estado turco en reivindicación de más derechos y autonomía para la población kurda de Turquía. En el conflicto han muerto más de 45.000 personas, en su mayoría kurdos.
Stoltenberg ha añadido en su comparecencia que Finlandia y Suecia están “dispuestas a trabajar con Turquía en las deportaciones pendientes o en la extradición de individuos sospechosos de terrorismo”, pero con la garantía de que ese proceso se lleve a cabo “de acuerdo con el Convenio Europeo de Extradición” y con respeto “al Estado de derecho”.
Las partes han apurado el tiempo siendo conscientes de que el mensaje de un acuerdo que abriera la puerta a Estocolmo y Helsinki sería potente: dos países con credenciales democráticas intachables abandonan su neutralidad tradicional para entrar en la organización militar, que volverá a señalar a Rusia como su amenaza principal, como ya lo hiciera durante la Guerra Fría con la URSS.
Ni entonces Suecia y Finlandia abandonaron ese estatus y, ahora, movidos por los temores que ha desatado la invasión rusa de Ucrania, han dado un paso que puede calificarse de histórico. “Esperamos avanzar con la adhesión de Suecia y Finlandia”, ha declarado Stoltenberg en Madrid por la mañana, antes del inicio del encuentro, y con cierto tono optimista. Este ánimo se ha mantenido por la tarde a la vista de que el encuentro se prolongaba y de que finalmente se ha firmado un memorando. “Cada país tiene derecho a elegir su propio camino”, ha destacado Stoltenberg, al ser interrogado sobre cuál era el principal mensaje que lanza la decisión de este martes a Moscú.
Después de que los dos países escandinavos solicitaran ingresar en la alianza, Turquía bloqueó sendas candidaturas. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, les acusaba, sobre todo a Suecia, de no ser sensible a sus demandas sobre las organizaciones kurdas a las que acusa de terrorismo y por las restricciones a la venta de armamento que Estocolmo y Helsinki impusieron en 2019 a Ankara. También le molesta que no se extradite a los seguidores del clérigo Fethullah Gülen, a quien acusa de estar detrás del golpe de Estado fallido de 2013. Y antes de salir hacia Madrid dejó claro que iba a poner un precio al señalar que no se conformaría con “palabras vacías”, que quería medidas “concretas”. “La integración en la OTAN implica responsabilidades”, señaló.
Estas palabras llegaban horas después de que la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, afirmara en Bruselas en la sede de la OTAN el lunes que su país considera al PKK una organización terrorista, tal y como hace la Unión Europea. Anderson también destacó una conversación con Erdogan el pasado sábado y la calificó de “constructiva”. La reunión entre ella, Erdogan, Stoltenberg y el presidente de Finlandia se antojaba este martes como la última oportunidad para desatascar la situación en la propia cumbre y lanzar ese “potente mensaje”, como lo definía un diplomático de la OTAN hace un par de semanas.