Los votantes suizos rechazaron el domingo una propuesta para prohibir la cría industrial en un referéndum sobre si las estrictas leyes de bienestar animal del país deben endurecerse aún más y que también hubiera vetado la importación en el país de productos procedentes de este tipo de explotaciones ganaderas en otros mercados.
La propuesta solicitaba incluir en la Constitución suiza el “derecho a la dignidad” del ganado criado en granjas, y tras ello prohibir una ganadería intensiva que “atenta al bienestar de los animales”. El país ya posee “una de las leyes de protección de los animales más estrictas del mundo”.
Una prohibición de las explotaciones intensivas acabaría repercutiendo en el bolsillo de los consumidores, aumentando el precio de carnes, lácteos y otros productos procedentes del sector ganadero.
Un “sí” a la iniciativa habría afectado a unas 3.300 explotaciones ganaderas de Suiza, y se calcula que habría conllevado un coste de readaptación de unos 1.100 millones de francos suizos anuales (alrededor de 1.150 millones de euros).
Sus defensores, proponían amplios plazos de transición de hasta 25 años para que los ganadores tuvieran tiempo para adaptarse a la explotación intensiva.
La aplicación VoteInfo del gobierno mostró un resultado provisional del 62,86% de los votos en contra de la propuesta, sometida a referéndum bajo el sistema suizo de democracia directa, para convertir en un requisito constitucional la protección de la dignidad de los animales de granja como el ganado vacuno, los pollos y los cerdos.
VoteInfo toma datos de resultados de votación recopilados por la Oficina Federal de Estadísticas.
«He votado no», dijo el residente de Ginebra, Fabrice Drouin.
“Hay ganaderos que están haciendo ganadería intensiva con sus animales pero están respetando el bienestar animal y para alimentar a la población, tenemos que hacer ganadería industrial, al menos un poco, de lo contrario, ya no podremos comer carne”.
En un segundo referéndum, los suizos votaron por un estrecho margen a favor de una reforma planificada del seguro de vejez que, entre otras cosas, elevaría la edad de jubilación de las mujeres de 64 a 65 años.
La propuesta de cría habría requerido que el gobierno estableciera reglas más estrictas para el cuidado de los animales, incluido darles acceso al aire libre y sacrificarlos. Los requisitos también habrían cubierto los animales y productos animales importados.
El gobierno recomendó en contra de la propuesta, diciendo que tales cambios violarían los acuerdos comerciales, aumentarían la inversión y los costos operativos, y aumentarían los precios de los alimentos.
«Creo que, en general, la gente se está regulando a sí misma», dijo el residente de Ginebra Florian Barbon, quien se opuso a la iniciativa. «No creo que necesitemos un marco legal para esto».
En una tercera votación, el 52,01% de los votantes rechazó una medida que habría previsto la supresión de una retención a cuenta sobre los intereses de los bonos introducida para evitar la evasión fiscal.
Aunque los inversores podían reclamar el impuesto, siempre que revelaran los ingresos por intereses en sus declaraciones de impuestos, el gobierno había argumentado que la abolición del gravamen reduciría los costos administrativos y haría que Suiza fuera más atractiva para las empresas.