«𝐿𝑎 𝑑𝑜𝑙𝑜𝑟𝑜𝑠𝑎 𝑚𝑎𝑦𝑜𝑟𝑖́𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑜𝑡𝑜́ 𝑝𝑜𝑟 𝑀𝑖𝑙𝑒𝑖 𝑦 𝑙𝑜 ℎ𝑖𝑧𝑜 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑖𝑑𝑒𝑛𝑡𝑒, 𝑛𝑜 𝑠𝑎𝑏𝑒 𝑞𝑢𝑒́ 𝑣𝑜𝑡𝑜́». Así comienza el desagradable artículo de Página 12 «Los pueblos se equivocan». Atribuyéndose el conocimiento de una única verdad, dirigiéndose de manera despectiva al pueblo que, desde la llegada del Kirchnerismo, siempre que ganaron celebraron la democracia y consideraron que fue lo correcto para el país.
«La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo«, definía Abraham Lincoln así a la democracia moderna. Hoy parece que «si el gobierno no es mío no será de nadie porque la razón es mía y solo mía».
Así fue el caso en su momento cuando Cristina dijo allá por 2011: «si no les gusta como gobierno, formen un partido político y ganen las elecciones«. Después sería reelecta con el 54% de los votos. Nadie dijo que el pueblo se equivocó, y para los derrotados de hoy sus triunfos jamás fueron cuestionables en el pasado.
El 4 de junio de 1946, Juan Domingo Perón decía en su discurso de asunción presidencial: «Para un argentino no puede existir ningún honor más grande que el de verse elevado por la voluntad de una mayoría de ciudadanos, a la presidencia de esta gran Nación». Hoy parece que, quienes detentan el poder y lo han perdido en las recientes elecciones, han borrado la idea de la voluntad popular de elegir libremente, siendo ahora los que cuestionan esa voluntad ejercida en libertad, simplemente porque esa voluntad está mal, según su criterio.
Es de entender que, claro, se agarra un teclado y abiertamente se descarga un enojo y gran parte del odio buscando a un culpable, que no son ellos según su visión, lo hicieron todo para el bien popular, dicen. Un ataque que también se explica en la imposibilidad de los derrotados de hacer, o de haber hecho antes, una crítica interna, ver «en qué nos equivocamos». Apenas termina culpándose porque no hicieron nada para evitar que Alberto «no hubiera jugado solo, aislado de sus aliados, y por no haber honrado su compromiso electoral». El daño es más grande que el compromiso electoral, es abrumador en todos los estamentos de la nación.
Seguidamente afirma que la moral de la mayoría de la sociedad está rota, y que la misma «𝑠𝑜𝑐𝑖𝑒𝑑𝑎𝑑 𝑣𝑜𝑡𝑜́ 𝑎 𝑢𝑛 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑢𝑝𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑒𝑛𝑑𝑖́𝑎 𝑐𝑎𝑛𝑑𝑖𝑑𝑎𝑡𝑢𝑟𝑎𝑠». No, no entendieron nada, y lejos están de entender qué es la corrupción de la que un gobierno hace y tiene experiencia como es el Kirchnerismo. La sociedad se cansó de la corrupción de quienes les mienten en la cara, hacen demagogia, y viven como reyes a costa del robo a los contribuyentes. Son muchos cansancios, económicos, sociales, el ver un país estancado y en retroceso en la educación, y con aumento en la pobreza y la delincuencia.
Luego seguidamente encuentra el problema, «la alteración de la salud mental», casi como quitándose culpas, casi como diciendo ‘somos inimputables, estamos todos enfermos’.
«𝐷𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑎𝑛𝑑𝑒𝑚𝑖𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑜 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑢𝑑 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑙 𝑖𝑛𝑑𝑖𝑣𝑖𝑑𝑢𝑎𝑙 𝑦 𝑐𝑜𝑙𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑠𝑒 𝑎𝑙𝑡𝑒𝑟𝑜́. 𝑁𝑜 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑙𝑎 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎, 𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜», continúa el artículo. Esa alteración mental habla más de ellos que de los pueblos al decir «nuestra», y no quedan dudas de que ello entonces no les permite ver la realidad del desastre en que sumieron el país en los últimos años, y aún más atrás en el tiempo.
Teniendo el poder del Estado ejercieron ese autoritarismo contra el pueblo, manipulándolo, le hablaron de forma demagógica constantemente, le vendieron espejitos a los pobres, ¿Qué esperaban?. Fueron ustedes los que rompieron a la sociedad, y cada individuo se agota, se cansa. Cómo olvidar cuando el país estaba bajo encierro en pandemia y se mandaron la fiesta en Olivos. ¿Tan difícil es aceptar el desastre generalizado que hicieron?.