Saddam Hussein, el entonces presidente de Irak, inició gestos y declaraciones que, aunque sutiles, tenían un trasfondo de desafío directo al orden económico global: la posibilidad de reemplazar el respaldo del dólar en el comercio petrolero por un sistema basado en el euro y, eventualmente, en el oro.
La historia del petrodólar, esa red invisible que mantiene la supremacía del dólar desde la década de 1970, muestra que los países que buscan salirse de este esquema no lo hacen sin riesgos. Tras el acuerdo entre EEUU y Arabia Saudita, el petróleo comenzó a venderse exclusivamente en dólares, generando una demanda constante por la moneda estadounidense y consolidando su poder económico. En este contexto, cualquier intento de alterar el statu quo era considerado un acto de alta peligrosidad política.
El proyecto de Irak: euro y respaldo en oro
En noviembre de 2000, Irak anunció que comenzaría a vender su petróleo en euros, abandonando temporalmente el dólar. Esta medida, en apariencia técnica, tenía un significado estratégico profundo: desafiar el dominio del dólar y abrir la puerta a un comercio energético menos dependiente de la moneda estadounidense. Irak fue el primer país en hacerlo.
Pero Irak no se detuvo allí. A través de declaraciones de su Ministerio de Petróleo y discursos de Saddam, se planteó la idea de un sistema financiero internacional basado en activos tangibles, como el oro o una cesta de monedas estables, alejándose de lo que él mismo denominaba la “tiranía del dólar”. Si bien nunca llegó a formalizar un patrón oro global, la propuesta generó un eco inmediato entre analistas y líderes internacionales: una pequeña grieta en el orden económico podía convertirse, potencialmente, en un tsunami de consecuencias geopolíticas.
Reacciones negativas y advertencias
Las reacciones no se hicieron esperar. Occidente, y particularmente EEUU, percibió la maniobra como un acto de insubordinación económica. Analistas financieros y diplomáticos europeos advirtieron que la medida, aunque limitada, podría incentivar a otros países de la OPEP a seguir el ejemplo de Irak, debilitando el control del dólar en el comercio petrolero mundial.
Un informe confidencial de un diplomático europeo, posteriormente filtrado a medios especializados, señalaba: “Si Irak logra consolidar su comercio petrolero en euros y propone un respaldo en oro, estaríamos ante la primera fractura seria en el sistema del petrodólar desde su creación”.
Incluso dentro de Irak, voces críticas mostraron inquietud. Algunos funcionarios temían que la presión internacional —económica y militar— pudiera derivar en represalias directas, mientras que economistas del país advertían sobre la fragilidad de la economía local frente a sanciones prolongadas y bloqueos financieros.
Testimonios y documentos filtrados
Periodistas como Pepe Escobar y académicos como William Clark han citado documentos y declaraciones que reflejan la preocupación de Occidente: Saddam, según estos registros, no solo criticaba abiertamente la hegemonía del dólar, sino que veía en el euro y en el oro un mecanismo de liberación económica para los países dependientes del petróleo.
Escobar ha escrito extensamente sobre la geopolítica del petróleo y las monedas. En su artículo «The Petrodollar and the Euro: A War for Oil» publicado en Asia Times en 2002, Escobar analiza cómo la decisión de Irak de vender petróleo en euros en lugar de dólares fue vista como una amenaza al sistema financiero global dominado por EEUU.
Clark, en su libro Petrodollar Warfare: Oil, Iraq and the Future of the Dollar (2005), Clark argumenta que la invasión de Irak en 2003 estuvo motivada en parte por el intento de Saddam Hussein de abandonar el dólar en el comercio de petróleo. Clark sostiene que este cambio representaba una amenaza directa al sistema del petrodólar, que permite a Estados Unidos financiar su déficit mediante la emisión de dólares.
El Global Policy Forum, en un artículo de 2003, el foro analiza cómo Irak rompió con el sistema del petrodólar al comenzar a comerciar su petróleo en euros en 1999, lo que podría haber tenido implicaciones significativas para el dominio del dólar en el comercio mundial de petróleo.
Radio Free Europe/Radio Liberty, en un informe de 2000, detalla cómo el cambio de Irak al euro en sus transacciones petroleras fue una medida política destinada a desafiar la postura de Washington sobre las sanciones y a fomentar que los europeos se opusieran a ellas.
Un exfuncionario del Banco Central iraquí relató en entrevista anónima: “Era como si Saddam buscara devolverle al dinero su valor real, tangible, no ese papel que EEUU imprime sin límite. Lo veía como una justicia histórica frente a la dependencia de las economías de los países productores de petróleo”.
Conspiración, intervención y la caída de Irak
Lo que siguió a estas medidas es hoy materia de debate y especulación. La invasión de 2003, que oficialmente buscaba desarmar armas de destrucción masiva inexistentes, coincidió con el período en que Irak promovía activamente su sistema de comercio petrolero en euros. Para muchos analistas alternativos, no es casualidad que el primer país de la OPEP en desafiar al dólar fuera también el primero en ser invadido bajo la nueva administración estadounidense.
Libros, reportajes y filtraciones sugieren que la presión sobre Saddam no era solo política o militar: el sistema financiero global se encontraba directamente amenazado. La idea de un “petróleo respaldado por oro” o incluso por otra moneda fuerte era suficiente para desencadenar una respuesta militar de magnitud histórica.
Crítica final: el intervencionismo económico disfrazado de seguridad
Más allá de la retórica oficial, la historia muestra un patrón recurrente: las potencias occidentales intervienen militar y económicamente cuando un país propone un sistema financiero alternativo que pueda amenazar sus intereses. Irak, con su proyecto del euro y el oro, se convirtió en un ejemplo emblemático de cómo la defensa de la hegemonía económica se justifica bajo el discurso de seguridad nacional.
La lección subyacente es clara: cuando un país busca emanciparse del orden monetario impuesto, su destino suele ser la marginalización o la guerra, incluso si la propuesta tiene fundamentos racionales o éticos. La historia de Saddam Hussein y su desafío al dólar es, en ese sentido, tanto un caso de política internacional como una advertencia sobre los límites de la soberanía económica en un mundo dominado por intereses financieros concentrados.
Fuentes
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The Guardian (2003): Informa que casi todas las exportaciones de petróleo de Irak bajo el programa Petróleo por Alimentos fueron pagadas en euros desde 2001, lo que representó una ganancia significativa para Irak debido a la apreciación del euro frente al dólar en ese período. The Guardian
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Radio Free Europe/Radio Liberty (2000): Detalla cómo el cambio de Irak al euro en sus transacciones petroleras fue una medida política destinada a desafiar la postura de Washington sobre las sanciones y a fomentar que los europeos se opusieran a ellas. RadioFreeEurope/RadioLiberty
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Global Policy Forum (2003): Analiza cómo Irak rompió con el sistema del petrodólar al comenzar a comerciar su petróleo en euros en 1999, lo que podría haber tenido implicaciones significativas para el dominio del dólar en el comercio mundial de petróleo. archive.globalpolicy.org
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International Energy Agency (IEA): Menciona que, en 2000, Irak solicitó y obtuvo permiso de las Naciones Unidas para recibir pagos por su petróleo en euros, lo que marcó un paso hacia la diversificación de su comercio energético. ieer.org
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China Global Television Network (2022): Informa que la invasión estadounidense de 2003 restableció el comercio petrolero de Irak en dólares, eliminando el cambio a euros implementado por Saddam Hussein. news.cgtn.com
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Time Magazine (2000): Cita declaraciones de funcionarios iraquíes que indicaron que Irak ya no aceptaría dólares por su petróleo, refiriéndose al dólar como «la moneda del enemigo», y que el cambio al euro era una medida política. content.time.com
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CounterPunch (2025): Comenta que Irak cambió a vender petróleo en euros en 2000, y que Libia, bajo Muamar Gadafi, propuso una moneda respaldada por oro para África, lo que representaba un desafío directo al sistema del petrodólar. counterpunch.org




