La orden de incautación se produce después de que el prestamista dirigido por el Kremlin, VTB, iniciara acciones legales contra el banco más grande de EEUU para recuperar el dinero atrapado bajo el régimen de sanciones de Washington.
Como informa The Financial Times, la orden, publicada en el registro judicial ruso el miércoles, apunta a fondos en las cuentas de JPMorgan y acciones en sus filiales rusas, según el fallo emitido por el tribunal de arbitraje de San Petersburgo.
Los activos habían sido congelados por las autoridades a raíz de las sanciones occidentales, y pone de relieve algunas de las consecuencias que sienten las empresas occidentales por las medidas punitivas contra Moscú.
Específicamente, el Financial Times señala que la disputa se centra en U$S 439 millones en fondos que VTB tenía en una cuenta de JPMorgan en EEUU.
Cuando Washington impuso sanciones al banco administrado por el Kremlin, JPMorgan tuvo que trasladar los fondos a una cuenta de depósito en garantía separada. Según el régimen de sanciones de Estados Unidos, ni VTB ni JPMorgan pueden acceder a los fondos.
En respuesta, VTB presentó la semana pasada una demanda contra el grupo con sede en New York para lograr que las autoridades rusas congelaran la cantidad equivalente en Rusia, advirtiendo que JPMorgan estaba tratando de salir de Rusia y se negaría a pagar cualquier compensación.
Al día siguiente, JPMorgan presentó su propia demanda contra el prestamista ruso en un tribunal estadounidense para evitar una incautación de sus activos, argumentando que no tenía forma de recuperar los fondos estadounidenses varados de VTB para compensar sus propias pérdidas potenciales derivadas de la demanda rusa.
La decisión de ayer se puso del lado de VTB, ordenando la incautación de fondos en las cuentas rusas de JPMorgan y de “bienes muebles e inmuebles”, incluida su participación en una filial rusa.
JPMorgan dijo que enfrentaba «un daño cierto e irreparable» por los esfuerzos de VTB, expuesto a una pérdida de casi U$S 500 millones, simplemente por cumplir con las sanciones estadounidenses.
La orden fue el último ejemplo de cómo los bancos estadounidenses quedaron atrapados entre las demandas de los regímenes de sanciones occidentales y los intereses extranjeros. El verano pasado, un tribunal ruso congeló unos U$S 36 millones en activos propiedad de Goldman tras una demanda del banco estatal Otkritie. Unos meses más tarde, el tribunal dictaminó que el banco de inversiones de Wall Street debía pagar los fondos a Otkritie.
El ojo por ojo continúa.