Rescatan a 160 niños de una secta judía ultra ortodoxa llamada Lev Tahor por tráfico de personas y abuso

«La operación permitió rescatar a 160 menores que presuntamente fueron víctimas de abusos por parte de un miembro de la secta Lev Tahor», dijo el Ministro del Interior Francisco Jiménez luego de un registro en el inmueble ubicado en el municipio de Oratorio, Santa Rosa, a unos 60 kilómetros de la capital, donde la secta se estableció en 2016.

“¡Cero tolerancia al abuso infantil!”, dijo Jiménez, añadiendo que la redada contó con el apoyo del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU.

La denuncia la presentaron 4 menores de edad que lograron escapar del lugar y relataron las condiciones en las que estaban, según recoge la agencia de noticias EFE.

Los fiscales dicen que el grupo fue allanado por sospechas de ‘embarazo forzado, maltrato de menores y violación’ y la Fiscalía General de la Nación de Guatemala informó en un comunicado en la plataforma social X que se encontraron huesos sospechosos de un niño.

Los menores “presuntamente estaban siendo abusados ​​por un miembro de la secta Lev Tahor”, escribió Jiménez en las redes sociales luego del allanamiento en Oratorio, al suroeste de la Ciudad de Guatemala.

Los críticos de Lev Tahor dicen que la secta se adhiere a una interpretación extrema de la ley judía que protege en gran medida a sus miembros del mundo exterior e impone restricciones estrictas sobre aspectos de la vida cotidiana, como su dieta y vestimenta.

Los funcionarios habían intentado previamente verificar el estado de los menores, pero miembros de la comunidad les impidieron el ingreso a la granja.

Informó que a finales de agosto la PNC y el MP allanaron las instalaciones de la comunidad Lev Tahor y durante el operativo hubo uso de la fuerza.

«Entraron una cantidad de policías en un espacio tan pequeño, los hombres estábamos al frente, mujeres y niños atrás, entraron como 70 antimotines, y entonces empezaron a empujar. El problema es que empezaron a golpear a las mujeres, hubo mamás que desmayaron en ese momento”, enfatizó.

El religioso reconoció que dos días después, cuatro mujeres en estado de gestación tuvieron complicaciones y sus bebés fallecieron.

“Para el judaísmo, un bebé es una vida que Dios mandó. Entonces, ¿Qué hacemos con esos cuatro cuerpos?, los tuvimos que enterrar en el cementerio que tenemos autorizado”, afirmó. 

Además, argumentó que las cuatro madres se presentaron a denunciar el hecho en el MP de Cuilapa, Santa Rosa.

¿De quiénes son los restos?

Antonio Guzmán, miembro de la secta religiosa judía ultraortodoxa Lev Tahor, aseguró que no han cometido abusos contra los menores de la comunidad y lo que afirman el Ministerio Público (MP) es falso.

“Se dice que nosotros, los adultos forzamos a las a niñas a tener relaciones, y que luego las hacemos que aborten y enterramos los huesos”, comentó Guzmán.

Son cinco osamentas, una localizada durante la excavación es de una bebé que nació con problemas en el corazón y fue enterrada por la comunidad, aseguró Guzmán.

“¿qué hacemos con el cuerpo?, No tiramos a un bote de basura, somos judíos, es sagrado. El cuerpo lo enterramos en el cementerio autorizado que ya tenemos. El hospital nos dio el acta defunción de la niña, claro que sí”, dijo.

Guzmán hizo referencia a los cuerpos de cuatro recién nacidos que sepultaron hace menos de tres meses y que fueron abortos espontáneos como resultado del uso de fuerza por parte de las autoridades.

Lev Tahor

La secta Lev Tahor, cuyo nombre en hebreo significa «corazón puro», fue fundada en Jerusalén en la década de 1980 por el rabino Shlomo Helbrans.

Pese a ser un grupo religioso judío, su postura política es contraria al sionismo, por el temor a que la fe judía sea reemplazada por el nacionalismo secular en el Estado de Israel.

Este grupo, que pasó de estar en EEUU y Canadá a México y Guatemala, cuanta con varios centenares de miembros, entre 250 y 500, según estimaciones.

El grupo llegó a Guatemala en 2013 y, tras varios allanamientos de policía y Fiscalía a sus instalaciones, se movieron a Oratorio en 2016.

Las autoridades creen que el grupo de Guatemala está compuesto por 50 familias, principalmente de Guatemala, EEUU y Canadá.

El grupo practica muchas de las costumbres del jasidismo, una corriente ortodoxa y mística del judaísmo, pero en su aplicación son incluso más estrictos.

Así como en su vestimenta: las mujeres deben estar cubiertas con ropa negra de pies a cabeza, apenas dejando a la vista su rostro, los hombres visten de negro, cubren sus cabezas con sombrero y nunca se afeitan la barba.

Su alimentación se basa en una dieta que sigue las leyes del kashrut, el conjunto de normas bíblicas que establecen cuáles son los alimentos aptos (kósher) que pueden ingerir los practicantes del judaísmo.

Sin embargo, en esto también siguen una versión más extrema. La mayor parte de sus comidas son hechas en casa con el uso de ingredientes naturales y no procesados.

No comen pollos ni huevos de gallina, por considerar que han sido manipulados genéticamente. Sí consumen, en cambio, gansos y sus huevos. Tampoco comen arroz, cebollas verdes o vegetales con hojas, por temor a que tengan algún insecto.