
En parte, las crisis fiscales son la razón por la que Israel detiene su guerra, y los acontecimientos de los últimos días han confirmado este argumento con claridad.
El alto el fuego no es el resultado de una victoria militar. Es la consecuencia del agotamiento fiscal y la disfunción institucional que obligaron al Estado israelí a afrontar los límites de su economía de guerra.
El sistema de defensa ya había superado su presupuesto aprobado en 25.000 millones de shekels y exigía 60 mil millones adicionales para lo que restaba de 2025. Se necesitaban 30.000 millones de dólares de inmediato. Los procesos de adquisición se habían estancado. Las reservas se estaban agotando. Los días de servicio de la reserva casi se habían duplicado.
El Tesoro, que a su vez se enfrentaba a un déficit creciente y a un ratio de deuda/PIB que aumentaba a un ritmo peligroso, retuvo las autorizaciones de emergencia. El centro fiscal ya no podía resistir.
Irán también se beneficia. La pausa le permite reparar los daños, reposicionar sus fuerzas y reafirmar su imagen disuasoria. Aprovechará el tiempo para fortalecer los lazos con sus aliados regionales incluyendo con China y preparar la siguiente fase de enfrentamiento. Esto no es una derrota. Es una consolidación táctica.
La guerra no ha terminado porque no se hayan cumplido los objetivos que la desencadenaron. El alto el fuego pone fin a una ronda, no a un conflicto. Una vez que se alivien las restricciones fiscales y se restablezca la capacidad militar, es probable que Israel regrese al campo de batalla. Ninguna de las partes ganó.
El futuro del conflicto dependerá no solo de la estrategia o la potencia de fuego, sino de quién pueda gestionar mejor el tiempo, las instituciones y los recursos bajo presión.
Por otra parte, más razones por las cuales la guerra se reanudará:
El jefe del Estado Mayor de Israel dijo que «la campaña contra Irán no ha terminado».
JD Vance afirmó que los servicios de inteligencia desconocen la localización de los 408,6 kilos de uranio enriquecido al 60% y que podrían haber sido movidos o escondidos previamente.
La Organización de Energía Atómica de Irán dice que continuará enriqueciendo uranio. Esta vez a oscuras ya que los organismos internacionales no tendrán acceso luego de la aprobación del Parlamento que suspende la cooperación con la OIEA.
Funcionarios de inteligencia estadounidenses creen que Irán mantiene instalaciones nucleares secretas que no fueron blanco del ataque y siguen operativas, según información filtrada a la prensa. Algo por lo que Trump no estaba de acuerdo y que debido a esas filtraciones tomará medidas limitando el intercambio de información clasificada con el Congreso tras la filtración del bombardeo de Irán.