Tras el lanzamiento de un misil norcoreano de largo alcance que sobrevoló territorio japonés, aumenta la preocupación de que Pyongyang lleve a cabo pronto su séptima prueba nuclear. Tal provocación vendría como parte de una campaña militar acumulada de seis meses de Corea del Norte que ha incluido docenas de pruebas de misiles y una retórica cada vez más hostil dirigida a EEUU y sus aliados en el Pacífico Occidental.
A pesar de que la República Popular Democrática de Corea (RPDC) ha sido durante mucho tiempo una potencia de armas nucleares, hay 5 razones por las que el gobierno de EEUU y sus aliados japoneses y coreanos están tomando en serio este desarrollo.
En primer lugar, Corea del Norte utiliza sus armas nucleares como escudo tras el cual puede emprender acciones estatales rebeldes, incluido el terrorismo. Los avances en las capacidades nucleares de Corea del Norte solo aumentarán la confianza de Kim Jong-un en que puede actuar con impunidad.
En segundo lugar, las armas nucleares y las pruebas de misiles sirven como recurso tecnológico y fuente de dinero que Pyongyang puede proporcionar a otros estados con armas nucleares (por ejemplo, Irán y Pakistán) que buscan mejorar sus propias tecnologías nucleares y de misiles balísticos.
En tercer lugar, Corea del Norte obtiene gran parte de su dinero en efectivo de empresas criminales en el extranjero, especialmente operaciones de venta de drogas y falsificación. Estos fondos luego transitan por China en su camino de regreso a la nomenclatura de Corea del Norte. Las amenazas nucleares de la RPDC sirven para disuadir a cualquiera de interferir.
En cuarto lugar, Pyongyang vende armas a Rusia e Irán y, a cambio, puede obtener de Moscú capacidades nucleares de alta tecnología, como realizar un ataque de tipo pulso electromagnético atmosférico (EMP) o construir un misil de alta precisión. Por su parte, Irán proporciona tanto petróleo como divisas para apoyar al régimen de la RPDC.
Y en quinto lugar, Corea del Norte está haciendo lo que China le pide al mantener inteligentemente a EEUU y sus aliados preocupados en el noroeste de Asia. Mientras Corea del Norte haga ruido de sables, EEUU no podrá dedicar toda su atención y recursos a proteger a Taiwán.