Ya hace varios años, UNICEF publicó, y más tarde bajo presión se retractó, un grave informe que afirmaba que la pornografía puede ser buena para los niños.
Ahora, la Asamblea General de las Naciones Unidas quiere adoptar un nuevo tratado internacional “contra la ciberdelincuencia” que abre la puerta a representaciones realizadas con inteligencia artificial de pedofilia, de igual modo, busca legalizar algunas formas de pornografía infantil consideradas ilegales.
Según el artículo 14 del tratado, los países pueden optar por despenalizar la producción, distribución y posesión de contenidos visuales, escritos o sonoros que representen a niños víctimas de abusos sexuales, siempre que no representen a una “persona existente” o no representen visualmente “abusos sexuales a niños o explotación sexual de niños reales”.
De esta forma, varios países han argumentado que: “los niños que comparten consensualmente imágenes sexualizadas de sí mismos con otros niños o incluso adultos no deberían ser penalizados porque tienen derecho a desarrollar relaciones sexuales”.
Se espera que la Asamblea General adopte formalmente el tratado a finales de este año. Sólo entrará en vigor cuando lo ratifiquen cuarenta países.
Todo esto es aberrante y como bien sabemos estas excepciones se utilizarán para perjudicar a los niños y promover prácticas sexuales perversas de agendas siniestras que se traen entre las manos los organismos internacionales.
Por ello, está en nuestras manos hacerles ver que la inocencia de los niños es sagrada y no se toca.