
La religiosa vinculada al Convento de San Nicolás en New York, fundado en 2009, e hija de un sacerdote ortodoxo griego, relató su experiencia de más de dos décadas en Cisjordania, donde dirigió una escuela conventual para niñas palestinas, en su mayoría musulmanas. Desde allí, afirmó que “los cristianos y musulmanes son oprimidos de la misma manera en Israel” y que la población cristiana local “está siendo estrangulada y borrada lentamente de Jerusalén y Belén”.
Nacida como Anastasia Stephanopoulos en Fall River, Massachusetts, Madre Agapia denunció que los permisos para entrar en Jerusalén o acceder a atención médica “son negados sistemáticamente” tanto a cristianos como a musulmanes. También acusó a las autoridades israelíes de confiscar tierras históricas de comunidades cristianas, levantar muros que dividen pueblos como Betania y facilitar la violencia de colonos contra familias palestinas.
La monja ortodoxa señaló que la presencia cristiana en la región ha caído drásticamente: “En 1948, más del 10% de la población en Palestina era cristiana; hoy no llega al 2%”. En Belén, dijo, el descenso fue aún más dramático: “Pasó del 85% de población cristiana a menos del 15% en una generación”.
En sus declaraciones, también cuestionó al sionismo cristiano en EEUU, acusando a líderes evangélicos de “respaldar la ocupación israelí incluso a costa de los cristianos locales”. “Esos políticos viajan a Israel, pero nunca se detienen a hablar con los fieles que quedan aquí”, remarcó.
Aunque su hermano George Stephanopoulos mantiene silencio sobre estos temas, Madre Agapia afirmó que continuará alzando la voz: “El cristianismo en Tierra Santa está en peligro real. Si no hablamos ahora, pronto no quedará nada por defender”.