¿Podría haber una cuestión psicológica que incide en la problemática de género y que debe ser atendida, o simplemente se debería decir de manera simplista «es mi cuerpo el que está mal»?.
¿Qué es lo que está llevando a la sociedad a esa afectación psicológica en aumento y que termina siendo resulta con políticas progresistas como la «afirmación de género»?.
Es casi como si hubiera un esfuerzo coordinado para causar confusión de género en los niños estadounidenses. Se les lava el cerebro a través de la educación basada en ideología de género para luego esterilizarlos químicamente y mutilarlos quirúrgicamente, convirtiéndose en víctimas BigPharma y BigMedicine de por vida.
La disforia de género es una forma de angustia psicológica que sienten las personas que creen que el sexo asignado no coincide con su identidad de género. Puede hacer que los adolescentes y los adultos experimenten una marcada diferencia entre la identidad de género interna y el género asignado que dura al menos seis meses, según la definición de la Clínica Mayo de EEUU. Pero que buscan resolverlas a través de los tratamientos de reafirmación de género.
Puede comenzar en la infancia y continuar hasta la adolescencia y la edad adulta. O bien, puede haber períodos en los que ya no se experimenta disforia de género. También se la puede experimentar en la época de la pubertad o mucho más tarde en la vida.
La diferencia se manifiesta en al menos dos de los siguientes aspectos:
- Una diferencia entre la identidad de género y los genitales o las características sexuales secundarias, como el tamaño de los senos, la voz y el vello facial. En los adolescentes jóvenes, una diferencia entre la identidad de género y las características sexuales secundarias previstas.
- Un fuerte deseo de deshacerse de estos genitales o características sexuales secundarias, o un deseo de evitar el desarrollo de características sexuales secundarias.
- Un gran deseo de tener los genitales y las características sexuales secundarias de otro género.
- Un gran deseo de ser o ser tratado como otro género.
- Una firme convicción de tener los sentimientos y las reacciones típicos de otro género.
No todas las personas transgénero experimentan o son diagnosticadas con disforia de género.
El diagnóstico de disforia de género suele ser un primer paso cuando se busca atención de salud mental relacionada con el género.
En algunos, como EEUU, han implementado políticas progresistas conocidas como de «reafirmación de genero» y que consideran que el acceso a la atención que afirma el género puede disminuir las tasas de depresión y suicidio, mientras que los defensores de las personas transgénero dicen que la promoción de prohibiciones de la atención que afirma el género puede alimentar la discriminación y los crímenes de odio.
Líderes y legisladores conservadores de todo el país han estado tratando de restringir la atención que afirma el género en los últimos años, obligando en algunos casos a quienes buscan dicha atención a viajar fuera del estado para recibirla.
Virginia (+274%), Indiana (+247%) y Utah (+193%) han experimentado los mayores aumentos en los diagnósticos de disforia de género, mientras que Dakota del Sur (-23%), Hawai (+6%) y Connecticut (+10%) han experimentado la mayor caída o los aumentos más bajos, según los datos de reclamaciones de diagnóstico y procedimientos médicos.
La atención de afirmación de género cuenta con el apoyo de algunas asociaciones médicas, y la población transgénero sigue siendo relativamente pequeña: alrededor de 1,6 millones de personas de 13 años o más, según una estimación, o alrededor del 0,5% de la población total de EEUU.