Lituania ha impedido que Rusia use sus ferrocarriles para enviar carbón, metales, productos electrónicos y otros bienes sancionados al enclave militar de Kaliningrado.
Enclavado entre Polonia y Lituania, el territorio estratégicamente importante fue retenido por Moscú después de la desintegración de la Unión Soviética.
Hoy en día es la base principal de la flota báltica de Rusia y el 11º cuerpo de ejército, así como un arsenal de armamento avanzado, incluidos misiles hipersónicos Kinzhal y lanzadores Iskander con capacidad nuclear.
Sin embargo, sus habitantes se han vuelto cada vez más aislados desde el comienzo de la guerra en Ucrania, ya que sus rutas comerciales se han enredado y los estados miembros de la OTAN circundantes han cerrado su espacio aéreo a los aviones rusos.
Con 15.100 km² de superficie, cuenta con una población de 482.443 habitantes (2019) y se encuentra aislada del resto del territorio ruso, con fronteras al norte y al este con Lituania y al sur con Polonia.
El aislamiento del resto de Rusia se acentuó aún tras la adhesión de Polonia y Lituania a la Unión Europea en 2004. Por esta razón, todos los rusos que quieren pasar de esta región al resto de Rusia tienen que hacerlo a través de Estados miembros de la Unión Europea, y requieren visado. El presidente Vladímir Putin declaró que este requerimiento de visa era una violación de la soberanía rusa, además, propuso la creación de una zona de libre comercio en la región, para convertir a Kaliningrado en el «Hong Kong del Báltico». Poco después, Rusia y Lituania llegaron a un acuerdo: los rusos que deseen cruzar Lituania recibirán un permiso especial para cruzar las fronteras ruso-lituanas.
Durante los últimos cuatro meses, Rusia ha seguido transportando productos sancionados en la Unión Europea, como materiales de construcción y dispositivos tecnológicos, a Kaliningrado a través de la red ferroviaria de Lituania.
Durante el fin de semana, sin embargo, los lituanos cortaron la línea de suministro después de que Bruselas les diera luz verde y se ha justificado y ha asegurado que no es una “decisión propia” de las autoridades de Vilna, sino una consecuencia de las sanciones impuestas por la Unión Europea a Rusia.
Rusia convocó el lunes a la encargada de negocios lituana en Moscú, Virginia Umbrasene, a la que expresó su «firme protesta» por esa «provocadora» medida «sin previo aviso».
«Le exigimos una inmediata cancelación de esas restricciones», informó el Ministerio de Exteriores.
Rusia dijo que era «ilegal» la suspensión del tránsito hacia y desde Kaliningrado, denunció que las acciones del país báltico «tienen, por supuesto, elementos de bloqueo», ya que el enclave depende para su supervivencia de las mercancías procedentes de Rusia.
Al igual que sus vecinos, Lituania ha seguido una línea dura con el Kremlin según los estándares de la UE, poniendo fin unilateralmente a sus importaciones de gas y petróleo rusos y prohibiendo a los ciudadanos rusos y bielorrusos tener participaciones en empresas consideradas críticas para su seguridad nacional.
Anton Alikhanov, gobernador de Kaliningrado, instó a los residentes a no comenzar a comprar por pánico. Insistió en que dos barcos continuarían haciendo entregas a través del Báltico desde San Petersburgo y que siete más se agregarían a la ruta para fin de año.
Las empresas en el enclave se habían quejado de que ya estaban luchando para obtener suministros adecuados debido a la «guerra económica» librada en Rusia por Occidente.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que, como «la situación es más que seria», Rusia realizará en los próximos días «un muy profundo análisis» de lo ocurrido, que vinculó con las sanciones adoptadas por la UE.
«Si en breve el tránsito de mercancías entre Kaliningrado y el resto del territorio de la Federación Rusa a través de Lituania no se restablece en su totalidad, entonces Rusia se reserva el derecho a adoptar acciones en defensa de sus intereses nacionales», agregó Exteriores.
Moscú acusa a Vilna de violar tanto el Acuerdo de Colaboración y Cooperación de 1994 como la Declaración Conjunta de 2002 sobre el tránsito entre Kaliningrado y el resto del territorio de la Federación rusa.
«No es una decisión de Lituania, sino simplemente la puesta en práctica de lo acordado por la UE», replicó Gabrielius Landsbergis, ministro de Exteriores del país báltico.
Al respecto, el gobernador de Kaliningrado, Antón Alijánov, advirtió a Lituania que los puertos bálticos «no pueden existir, les guste o no, al margen de la Federación Rusa».
«En cuanto al transporte, las medidas de respuesta son muy evidentes y tremendamente dolorosas (para Lituania). Si excluimos el tránsito a través de territorio ruso, entonces su competitividad no es que se reduzca drásticamente, sino que simplemente se verá anulada», resaltó.
Casus Belli
«Si los lituanos cierran el tránsito, yo considero que es un ‘casus belli’. Y es que una parte de Rusia es separada del resto del país», comentó a Efe Alexéi Gromiko, director del Instituto de Europa, antes de que Vilna anunciara la medida.
La pregunta es si Rusia considera que el bloqueo es una medida «que pone a Kaliningrado bajo amenaza desde el punto de vista militar».
Recuerda que el bloqueo infringe no un acuerdo bilateral, sino un acuerdo entre Rusia y la UE, ya que ese fue el compromiso adquirido cuando Lituania ingresó en 2004, respetar el tránsito entre Kaliningrado y el resto del territorio ruso.
Gromiko vincula la actual situación con la decisión de Finlandia y Suecia de ingresar en la Alianza Atlántica, que dejaría a Kaliningrado «completamente rodeada» de países miembros de la OTAN.
Entre las reacciones rusas, aludió al corredor de Suwalki (Suvalski en ruso), el camino más corto entre el territorio de Bielorrusia, estrecho aliado de Rusia, y Kaliningrado.
Suwalki es una franja de territorio de gran importancia estratégica, ya que comunica los países bálticos con el resto de países aliados a través de Polonia.
Precisamente, Lituania solicitó a finales de marzo ayuda adicional a la UE para incrementar la seguridad en dicho corredor, que es vigilado por los guardias fronterizos lituanos y es considerado uno de los puntos más débiles de la OTAN.
El acuerdo firmado en 2004 permite el tráfico civil y militar entre Rusia y Kaliningrado a través del territorio de Lituania, que teme ahora un posible movimiento de tropas rusas debido a los combates en Ucrania.
Tras la disolución de la Unión Soviética y del Pacto de Varsovia, los países que no pertenecen a la URSS, así como los estados bálticos, finalmente se unieron a la OTAN. Esto creó una vulnerabilidad para el bloque militar, ya que la defensa de los estados bálticos puede estar en peligro si la franja de tierra de 65 km (40 millas) de largo entre el Óblast de Kaliningrado de Rusia y Bielorrusia, el aliado de Rusia, es capturada por Rusia en un hipotético ataque militar.