La Tierra es una máquina productora de petróleo: no nos estamos quedando sin él

Y ese reloj seguirá corriendo, y seguirá corriendo durante algún tiempo, a medida que la tecnología y los nuevos descubrimientos demuestren que todavía hay un océano de petróleo bajo nuestros pies.

La revista Engineering and Technology informó hace un tiempo que BP —la compañía que alguna vez quiso ser conocida como «Beyond Petroleum» en lugar de «British Petroleum»— está diciendo que «el mundo ya no corre el riesgo de quedarse sin recursos».

«Gracias a la inversión en supercomputadoras, robótica y el uso de productos químicos para extraer el máximo de los yacimientos disponibles, las reservas accesibles de petróleo y gas casi se duplicarán para 2050″, señaló Ingeniería y Tecnología.

Un funcionario de BP dijo a la revista que «los recursos energéticos son abundantes. Las preocupaciones por quedarse sin petróleo y gas han desaparecido».

De hecho, las cosas van tan bien que, según afirma la revista Engineering and Technology, «con el uso de tecnologías innovadoras, los recursos de combustibles fósiles disponibles podrían aumentar de los 2,9 billones de barriles de petróleo actuales a 4,8 billones en 2050, lo que es casi el doble de la demanda mundial proyectada». Esa cifra podría incluso alcanzar los 7,5 billones de barriles si la tecnología y las técnicas de exploración avanzan aún más rápido.

Esta información respalda la idea de que la Tierra es en realidad una máquina productora de petróleo. Llamamos combustibles fósiles a las fuentes de energía como el petróleo crudo y el gas natural, partiendo de la base de que son productos de organismos en descomposición, tal vez incluso de los mismos dinosaurios. Pero la denominación es inapropiada. Las investigaciones de la última década han demostrado que los hidrocarburos se sintetizan de forma abiótica.

En otras palabras, como informó la revista Science , «los datos implican que los hidrocarburos se producen químicamente» a partir del carbono que se encuentra en el manto terrestre. La revista Nature califica el producto de este proceso como una «recompensa inesperada» de «gas natural y los componentes básicos de los productos derivados del petróleo».

Parece que hay de sobra para todos, y probablemente todavía quede mucho cuando la tecnología produzca energía renovable práctica y asequible.