Recibir dinero gratis del gobierno cuando no se espera nada a cambio puede sonar como un sueño utópico. Pero pronto podría ser una realidad para algunos en el Reino Unido, donde se acaban de publicar los planes para una prueba de renta básica universal.
Durante este tiempo, los investigadores evaluarían el impacto del efectivo IBU en la vida de los participantes. Un grupo separado que no recibirá el dinero cada mes será monitoreado a través de entrevistas individuales, grupos focales y cuestionarios para comprender la diferencia en sus experiencias.
Se enfoca en dos áreas en el Reino Unido, una en East Finchley en la capital de Londres, que a menudo se asocia con un costo de vida más alto, y otra en el centro de Jarrow en el noreste del país.
Los ciudadanos locales podrían presentarse para participar en el ensayo y la selección de participantes sería aleatoria. Sin embargo, Autonomy ha dicho que trabajarán para garantizar que el grupo de prueba sea representativo.
El debate de la RBU
El concepto se ha discutido durante mucho tiempo en países de todo el mundo como una forma de aliviar la presión sobre los sistemas de seguridad social y aliviar la pobreza. Esto ha sido especialmente pertinente desde la pandemia de Covid-19 y las presiones relacionadas con el costo de vida que aún afectan a las personas en todo el mundo.
«Toda la evidencia muestra que aliviaría directamente la pobreza y aumentaría el bienestar de millones de personas», dijo Will Stronge, director de investigación de Autonomy.
«Con las próximas décadas llenas de impactos económicos debido al cambio climático y las nuevas formas de automatización, la renta básica será una parte crucial para asegurar los medios de subsistencia en el futuro», dijo.
En 2022, el 19% de los estadounidenses dijo que aliviaría sus frustraciones con su trabajo.
En los EEUU, el concepto ganó fuerza después de que el excandidato presidencial demócrata Andrew Yang, quien ahora es copresidente del Partido Forward, sugiriera dar a cada estadounidense U$S 1.000 por mes. El CEO de Meta, Mark Zuckerberg, la persona más rica del mundo, Elon Musk, y el multimillonario británico Richard Branson también se han pronunciado a favor del IBU.
Sin embargo, cuando se empiezan a juntar las piezas y se observa con más atención, descubrimos que tras esta iniciativa, se ocultan aspectos tremendamente oscuros e inquietantes, no solo respecto a la configuración de las sociedades futuras, sino también sobre el futuro de la propia especie humana.
Y el propio hecho de que se empiece a trabajar en la instauración de esta renta de ciudadanía, demuestra que la propia iniciativa, no es una solución puntual para un problema circunstancial, sino la base para establecer un nuevo modelo de sociedad que se perfila como inevitable.
Una nueva sociedad en la que potencialmente habrá un alto porcentaje de población que necesitará una ayuda externa continua para poder subsistir.
Es decir, un alto porcentaje de población, completamente dependiente. Y alguien completamente dependiente, es alguien completamente sometido y sin más salida que obedecer a aquellos que garantizan su supervivencia.
Pero lo que es peor: alguien completamente dependiente y en este caso, improductivo porque no puede trabajar, es también una carga y un elemento innecesario y sacrificable.
De hecho, estamos hablando del potencial nacimiento de una nueva clase social desconocida hasta ahora, inferior incluso a los esclavos que encontramos en las antiguas culturas y modelos económicos.
Porque al fin y al cabo, los esclavos sí eran necesarios y productivos en esos ámbitos, pues eran una mano de obra indispensable para sostener el sistema en pie y las élites de turno.
Las personas que vivirán subsidiadas y sin posibilidad de trabajar, no serán nada más que una molestia y un dispendio para el sistema y las élites futuras.
Algunos críticos argumentan que un IBU podría tener un efecto negativo en la motivación y la productividad de las personas, ya que podría disminuir la necesidad de buscar oportunidades de mejora y desarrollo personal.
Según el antropólogo historiador Yuval Noah Harari, muy alineado y vinculado al Foro Económico Mundial, una de las características básicas de esta sociedad futura será una división bastante clara entre una élite de superhumanos, que tendrá acceso a los más sofisticados avances en biotecnología, y una gran masa dominada por esa élite, que apenas tendrá nada a lo que dedicarse, puesto que la mayoría de los empleos que existen ahora desaparecerán, debido a la sofisticación.
Como expone Harari, otros problemas, como por ejemplo el hambre, desaparecerán y será posible alimentar a la población gracias a los avances tecnológicos.
Sin embargo, lo difícil será dotar de sentido a las vidas de todas esas personas, no solo dependientes, sino aisladas de cualquier toma de decisiones y del acceso al poder.
Harari recuerda que en el siglo XX los políticos, incluidos los dictadores de turno, invertían en hospitales y en carreteras, porque necesitaban a la gente ya fuera como votantes, soldados u obreros para las fábricas.
Sin embargo, sucederá lo contrario en el futuro, puesto que la población ya no será necesaria para mantener a las élites, tal y como hemos advertido antes.
La renta ciudadana no es más que el primer paso hacia ese mundo futuro, conformado por dos castas muy diferentes:
- Una casta superior de «superhombres» prácticamente inmortales
- Una casta inferior, conformada por consumidores de recursos, inferiores, inútiles e improductivos
El sueño de los elitistas y los eugenistas más recalcitrantes, convertido en realidad…
Y quizás, en todo caso, existirá una clase social intermedia absolutamente minoritaria, que separará ambas castas y que estará conformada por individuos altamente capacitados, que cumplirán una triple función:
- Servir a la clase superior de recursos intelectuales y desempeñar actividades que no puedan realizar las máquinas.
- Controlar a la casta inferior garantizando que «estará entretenida» y confinada.
- Ejercer de puente entre ambas castas, con el objetivo de permitir que un porcentaje infinitesimal de miembros de la casta inferior, puedan llegar a acceder a puestos más elevados, para así generar la ilusión y el anhelo de una posibilidad de realización entre aquellos individuos de la casta inferior que, por las razones que sean, no se conformen con vivir la vida miserable que diseñarán para ellos y que por lo tanto, podrían resultar potencialmente problemáticos si no tuvieran dicha posibilidad, aunque fuera remota.
No hace falta ser demasiado inteligente para ver que finalmente, esta Renta Ciudadana será Condicional.
Porque solo siendo condicional, se podrá usar como la mayor herramienta de control social jamás creada para garantizar la plena obediencia de las personas que la necesiten para su subsistencia.
Dicho de otra manera:
Si te «portas mal y no obedeces», te la podrán restringir o limitar parcialmente.
Y aquí es donde entra en juego otra de las maniobras a escala masiva que vemos reproducirse a nuestro alrededor:
La eliminación del dinero en efectivo y su sustitución por dinero electrónico.