De Simone de Beauvoir a Michel Foucault, pasando por André Gorz y Herbert Marcuse, Francia ha sido en los últimos 100 años la cuna intelectual del progresismo. En tal sentido, las ideas tienen consecuencias y la idea propia de la liberación absoluta conlleva a la “Rebelión de la Nada” como bien explicara el gran maestro Enrique Díaz Araujo. La nada, antagonismo conceptual del ser, es lo que prolifera hoy en Francia.
La proliferación de ideas progresistas se traduce principalmente en que todo ser se disipa para dar lugar a meras especulaciones racionalistas; así, mientras la vida es un ser, la “no vida” como no ser es lo que predomina en Francia. De manera concreta se puede observar que de acuerdo al último informe del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE) publicado el 17 de enero de 2023, sobre el año 2022, Franciarevela un preocupante descenso de la natalidad. Tal como se infiere, la “no vida” es la principal secuela de ideas que en nombre de la libertad han atomizado al individuo aniquilando los cuerpos intermedios. Ya no existen familias y comunidades que anhelen la reproducción, sólo entes individuales aislados que se justifican en ser unidades de producción.
Según se informa: “En 2022, Francia registró el nacimiento de 723,000 bebés, 19,000 menos que el año anterior. El número de hijos por mujer fue de 1.80, frente a 1.84 en 2021. La edad media de maternidad sigue aumentando. En promedio, las mujeres tuvieron su primer hijo a los 31 años en 2022, mientras que veinte años antes tenían su primero hijo a los 29 años. Aunque Francia conserva la tasa de natalidad más alta de Europa, se mantiene por debajo de la tasa de reemplazo, alrededor de 2.1. Esta tasa, que se había superado durante diez años, comenzó a descender repentinamente en 2014, con el cese de las ayudas a la natalidad”.
El país que más se reproducía dada la inmigración, aun así, sigue mostrando la caída de la tasa de natalidad lo que conlleva a reconocer que toda la propaganda antinatalista ha ganado la batalla cultural.