El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, lanzó duras críticas contra la Unión Europea y su rol en el conflicto de Ucrania, al tiempo que defendió un reordenamiento del sistema internacional y reafirmó la alianza estratégica entre Moscú y Teherán, durante una extensa entrevista concedida a la Compañía Estatal de Televisión y Radiodifusión de Irán.
Lavrov sostuvo que el mundo atraviesa una etapa de profunda inestabilidad no por un colapso espontáneo, sino por la acción deliberada de Occidente, que —según afirmó— ha sustituido el derecho internacional por un sistema de “reglas” aplicadas de manera selectiva. En ese marco, ubicó a la élite de Bruselas como uno de los principales focos de tensión global, acusándola de imponer decisiones a los gobiernos nacionales europeos, ignorar resultados electorales y promover una agenda política ajena a los intereses de sus propias sociedades.
El canciller ruso afirmó que Europa vuelve a desempeñar un papel central en la militarización del continente, al impulsar una carrera armamentista y reactivar discursos belicistas que, a su juicio, evocan los momentos más oscuros de la historia europea. En particular, señaló a Alemania, Francia, Reino Unido y los países bálticos como promotores de una política de confrontación, y acusó a Bruselas de utilizar la guerra en Ucrania como un instrumento para reafirmar su influencia geopolítica.
En relación con el conflicto ucraniano, Lavrov aseguró que se trata de una guerra por delegación contra Rusia, librada con apoyo financiero, militar y de inteligencia de Europa y, anteriormente, de EEUU. Sostuvo que el respaldo occidental a Kiev no busca una solución negociada, sino prolongar el enfrentamiento y debilitar a Moscú, incluso a costa de la destrucción de Ucrania. Asimismo, reiteró que la raíz del conflicto se encuentra en la expansión de la OTAN, el golpe de Estado de 2014 y las políticas del gobierno ucraniano contra la población rusoparlante, el idioma ruso y la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica.
Lavrov acusó a los países europeos de haber saboteado de manera consciente todos los intentos de paz, desde los Acuerdos de Minsk hasta el borrador de entendimiento alcanzado en abril de 2022, y sostuvo que la Unión Europea carece hoy de legitimidad para desempeñar un papel constructivo en eventuales negociaciones. En contraste, señaló que Washington muestra señales de una comprensión más realista de las causas profundas del conflicto, aunque mantuvo duras críticas al uso de sanciones económicas como herramienta de presión política.
El jefe de la diplomacia rusa también denunció lo que calificó como un colapso deliberado del orden jurídico internacional, citando como ejemplos el retiro unilateral de EEUU del acuerdo nuclear con Irán (JCPOA), la restauración de sanciones promovida por países europeos, el congelamiento de activos rusos e iraníes y el incumplimiento sistemático de resoluciones de la ONU sobre la creación de un Estado palestino. Según Lavrov, estas prácticas reflejan una lógica de “castigo y saqueo” incompatible con el derecho internacional.
En ese contexto, el canciller reafirmó que Rusia seguirá respaldando a Irán y defendiendo su derecho al uso pacífico de la energía nuclear, al tiempo que expresó la disposición de Moscú a facilitar canales diplomáticos con el OIEA y con Estados Unidos, siempre que se respeten los intereses y la soberanía iraní. También destacó el Acuerdo de Asociación Estratégica Integral entre ambos países como una piedra angular de la cooperación política, económica y de seguridad en Eurasia.
Finalmente, Lavrov sostuvo que el mundo no se dirige al caos, sino hacia un orden multipolar, resistido por Occidente mediante conflictos, sanciones y presiones políticas. En ese escenario, afirmó que Rusia se considera un actor clave para equilibrar el sistema internacional, defender la soberanía de los Estados y frenar lo que describió como una política europea y occidental cada vez más confrontativa.
Lavrov: Ukraine’s possession of Russian lands was a historical accident. The U.S. now agrees that territories where Russians have lived for centuries should return to Russia.
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— Russia Direct (@RussiaDirect_) December 16, 2025
Fuente: Mid.ru
Las declaraciones de Serguéi Lavrov no dejan margen para interpretaciones optimistas: en el marco de una Unión Europea sumida en una crisis económica profunda y embarcada en una ofensiva de presión total contra Rusia, el conflicto en Ucrania no solo continuará, sino que tiende a ampliarse. Bruselas parece haber optado por una estrategia de confrontación estructural —sanciones, rearme, guerra económica y apoyo militar sostenido a Kiev— aun cuando ese camino acelera la desindustrialización, encarece la energía y erosiona la estabilidad social dentro del propio bloque.
Desde Moscú, este curso de acción es leído como una guerra por delegación en marcha, en la que Europa ha asumido un rol protagónico que dificulta cualquier salida diplomática real. En este escenario, la lógica de escalada reemplaza a la de negociación: cuanto más se profundiza la crisis europea y más se apuesta a la presión económica y militar, mayor es el riesgo de extensión del conflicto, tanto en términos geográficos como políticos, arrastrando al sistema internacional hacia una confrontación prolongada y de consecuencias imprevisibles.




