
Monarez, que había jurado como directora del CDC el pasado 31 de julio, fue notificada de su despido luego de negarse a respaldar las medidas impulsadas por la nueva administración, entre ellas la eliminación de recomendaciones federales de vacunación contra el COVID-19 para mujeres embarazadas y niños sanos, así como la disolución completa del comité asesor de vacunas del organismo. Según fuentes oficiales, la Casa Blanca consideró que Monarez “no estaba alineada con la agenda del Presidente”.
La funcionaria, sin embargo, defendió su postura y, a través de sus abogados, afirmó que no había renunciado ni aceptado el despido de manera formal, sosteniendo que actuó con el objetivo de “proteger al público en lugar de servir una agenda política”. La abrupta decisión desencadenó además la renuncia de otros cuatro altos responsables del CDC, lo que dejó a la agencia sumida en una crisis institucional en medio de una profunda reestructuración.
El despido de Monarez se inscribe en una estrategia más amplia de Kennedy para reformular de raíz la política de vacunación y la estructura de salud pública en EEUU. En las últimas semanas ya había ordenado recortes presupuestales masivos, la eliminación de miles de puestos de trabajo y la reducción de las funciones regulatorias del CDC.
Monarez, una científica con trayectoria en seguridad sanitaria y biodefensa, había declarado durante su audiencia de confirmación que “las vacunas salvan vidas” y que su compromiso era preservar la credibilidad científica del organismo. Su resistencia a las nuevas directrices fue interpretada como un desafío político que precipitó su salida.
La destitución, sumada a la revocación de las autorizaciones de uso de emergencia de las vacunas contra el COVID-19, coloca al sistema de salud estadounidense en un terreno inédito, con profundas divisiones entre la administración federal, las autoridades sanitarias estatales y la comunidad científica.
Robert F. Kennedy Jr. nombró a Jim O’Neill (actualmente Subsecretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS)) como director interino de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en reemplazo de Monarez.
Las dudas sobre O’Neill se centran en algunos aspectos como el de ser inversionista con experiencia en el sector tecnológico y vínculos con figuras como Peter Thiel. Ha mostrado características libertarias y críticas a la regulación federal en salud, per afirma ser “fuerte partidario de las vacunas”.