
Si bien celebra la liberación pendiente del rehén Edan Alexander, Liberman enfatiza que “desafortunadamente, su regreso no ocurre como resultado de la presión o una decisión israelí, sino como resultado de contactos directos entre EEUU y Hamás”.
En declaraciones a los periodistas antes de la reunión semanal de facciones de su partido en la Knesset, Liberman lamenta «el alto el fuego [de EEUU] con los hutíes cuando el Estado de Israel queda fuera del acuerdo, la visita del presidente de EEUU a la región cuando se salta a Israel, [y] las negociaciones directas entre EEUU e Irán».
Hay también otros desafíos, “pero no podemos entrar en detalles sobre ellos”, añade crípticamente.
El principal problema es que Netanyahu no quiere poner fin a la guerra; no quiere ni puede eliminar a Hamás. Quien no eliminó a Hamás en un año y siete meses no lo hará en 17 años —continúa Liberman—, y añade que «eliminar a Hamás requiere un amplio consenso nacional y la unidad del pueblo».
“La gente necesita creer en la justicia del camino y en los objetivos de la guerra”, dice Liberman, enfatizando que para unir al pueblo y alcanzar una victoria contra Hamás, “debemos devolver a todos los rehenes de una sola vez”.
Según informes, EEUU retira la demanda de desarme de Hamás en las conversaciones de alto el fuego en Gaza
la administración Trump ha abandonado su antigua exigencia de que Hamas se desarme como condición previa para un cese del fuego en Gaza, lo que indica un cambio significativo en la política estadounidense en medio de negociaciones en curso mediadas por Egipto.
Según un informe del sitio en idioma árabe hermano de The New Arab, Al-Araby Al-Jadeed, los negociadores estadounidenses transmitieron a los intermediarios egipcios que la cuestión del desarme de Hamas podría abordarse en una etapa posterior, en lugar de ser un requisito inmediato para un acuerdo de alto el fuego.
Una fuente egipcia familiarizada con las conversaciones dijo a Al-Araby Al-Jadeed que los funcionarios estadounidenses han mostrado apertura a posponer la aplicación estricta del desarme y la entrega de las armas palestinas en Gaza, particularmente las de Hamas, hasta después de la implementación de cualquier acuerdo de alto el fuego.
La fuente agregó que los funcionarios estadounidenses también reconocieron lo impráctico de exiliar por la fuerza a líderes y combatientes de los brazos armados de Hamás y otros grupos debido a las preocupaciones de los potenciales países anfitriones y al gran número de individuos que Israel busca expulsar, estimados entre 3.000 y 5.000.
A cambio, EEUU insiste, según se informa, en la liberación inmediata de los 21 cautivos israelíes vivos y en la devolución de los cuerpos retenidos por Hamás en un solo lote. Esta postura surge en medio del creciente escepticismo en la administración Trump sobre la estrategia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de usar la presión militar para lograr la liberación de los cautivos.
Los informes de inteligencia indican que tres cautivos murieron tras la reanudación de las operaciones militares israelíes en Gaza el 18 de marzo.
Israel ha dicho que seguirá adelante con una operación militar a gran escala en Gaza, conocida como Operación Carros de Gedeón, si no se logran avances antes de la próxima visita del presidente estadounidense Donald Trump a Oriente Medio.
El cambio anunciado en la política estadounidense ha sido recibido con un optimismo cauteloso entre los mediadores, quienes esperan evitar esta gran escalada.
La fuente egipcia señaló que existe optimismo sobre la posibilidad de alcanzar una solución integral en un futuro próximo, en particular dada la disposición de Hamás a liberar a todos los cautivos israelíes en Gaza de una sola vez. También existe la esperanza de formular un marco aceptable para regular las armas de la resistencia y la circulación de combatientes tras alcanzar un acuerdo.
Este avance marca un cambio significativo respecto a las posiciones anteriores de EEUU, que habían exigido sistemáticamente el desarme de Hamás como requisito previo para cualquier alto el fuego. Al aplazar este asunto, Washington parece priorizar el cese inmediato de las hostilidades y la liberación de los cautivos por encima de los acuerdos de seguridad a largo plazo.