
Ya previamente se anotició respecto a la búsqueda de una Biblia en “lenguaje inclusivo”[1]. Ahora se da el caso de María Steen, abogada valiente y madre de cinco hijos, defensora pública de la enseñanza católica frente a los embates del aborto, las leyes de género y el redefinido “matrimonio igualitario”, que ha sido abruptamente apartada del derecho legítimo de postularse para la máxima magistratura del país[2]. Este episodio revela lo que en la jerga moderna se oculta bajo palabras como “filtro parlamentario” o “restricción para evitar múltiples candidaturas”, que es en definitiva un mecanismo deliberado destinado a silenciar a quienes no comulgan con la ideología dominante.
En Irlanda, para presentarse a la presidencia, un aspirante debe conseguir el respaldo de 20 miembros del parlamento (Oireachtas). María Steen obtuvo apenas 18, quedando a solo dos firmas de cumplir ese umbral. Esto evidencia que un régimen que proclama ser “democrático” se cuida muy bien de dejar fuera a quienes reprueban sus axiomas progresistas. La pretendida neutralidad del Estado es solo una máscara para favorecer un proyecto ideológico laicista. Que la democracia contemporánea no tolera disidentes.
María Steen, en su su fracaso institucional, sostuvo: “aunque he obtenido el 90% de las firmas necesarias…, lamento decir que no ha sido suficiente…ser ciudadana es un honor suficiente para mí”. Ciertamente que esta modestia recuerda que la verdadera ciudadanía está en el Cielo, y no en las urnas de un mundo pagano. El periodista David Quinn señala que el hecho de que María sea una católica declarada y provida “es un factor” para su exclusión, pues “muchos políticos verían con malos ojos que alguien conocido por sus convicciones católicas accediera al cargo más alto, aunque este cargo no tenga poder legislativo”.
Este señalamiento no debe sorprendernos por cuanto el sistema vigente, caótico, relativista, secularista, es taimado para tolerar lo que él mismo clasifica como “disenso”. Mientras tanto, los partidos tradicionales constriñen el acceso político a sus círculos internos. Sólo los afiliados al Fianna Fáil o Fine Gael tienen alguna posibilidad real de llegar a la presidencia, pues esos partidos controlan los hilos del poder en aquella nación, al igual que en EEUU donde el poder real pasaba por los Clinton o los Bush. María Steen intentó ser una voz fiel que apenas vista por el sistema, con su intención de quebrarlo, fue relegada. Sus intervenciones en debates televisivos durante referendos sobre el aborto (2018), el matrimonio homosexual (2015) y la definición de la familia (2024) la convirtieron en figura visible del discurso católico y por ello peligrosa para el régimen. Este suceso confirma lo que los católicos tradicionalistas advertimos hace décadas y es que el mundo moderno no acepta la competencia de lo sobrenatural en lo político.
[1] Fuente: https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=53163
[2] Fuente: https://www.pillarcatholic.com/p/avowed-catholic-falls-short-in-irish