
Ubicada frente a la Catedral de San Sarkis, el principal templo de la comunidad cristiana armenia en Teherán, la nueva estación fue diseñada con una arquitectura moderna y luminosa, buscando integrarse con el entorno cultural y religioso del barrio. La elección del nombre, “Maryam-e Moghaddas”, fue aprobada por las autoridades municipales como un reconocimiento a la figura de María, venerada tanto por cristianos como por musulmanes chiítas.
En el islam chiíta —rama predominante en Irán—, María (Maryam) ocupa un lugar central como una de las mujeres más puras y piadosas mencionadas en el Corán, donde se relatan el nacimiento virginal de Jesús (Isa ibn Maryam) y su misión profética.
Su figura es considerada modelo de fe, modestia y resistencia ante la adversidad, virtudes que el pensamiento chiíta asocia con las del linaje del Profeta.
Por eso, la inauguración de la estación “Santa María Virgen” no es un gesto aislado, sino que se inscribe dentro de una tradición de respeto chiíta hacia las figuras sagradas del cristianismo, reflejando una visión compartida sobre la santidad y la devoción a Dios.
Infraestructura y contexto urbano
La estación se integra al tramo más reciente de la Línea 6 del metro, que conecta zonas del norte y el centro de Teherán, facilitando el acceso a instituciones educativas, templos religiosos y centros culturales. Las obras fueron supervisadas por la Tehran Urban and Suburban Railway Operation Company, con el objetivo de mejorar la conectividad y reducir la congestión vehicular en la capital.
La elección del nombre también tiene una dimensión cívica: promover la convivencia interreligiosa en una ciudad donde conviven comunidades musulmanas, cristianas, judías y zoroastrianas reconocidas oficialmente por la Constitución iraní.
Una señal hacia dentro y hacia fuera
Para analistas locales, esta decisión proyecta una imagen de tolerancia religiosa y diálogo cultural, en un momento donde Irán busca reforzar su identidad nacional sin excluir a las minorías históricas. El gesto también ha sido bien recibido por la comunidad armenia, que ha tenido presencia continua en Irán desde hace más de cuatro siglos.
En palabras de un comentarista cultural iraní, “nombrar una estación con el nombre de Santa María es recordar que la fe puede unir más de lo que divide”.
Quizás la próxima vez que alguien repita eso de que “los chiítas odian a Occidente”, habría que mostrarle una foto del cartel de la estación. Con letras grandes: Saint Mary (Maryam-e Moghaddas).