El portal “unherd.com” publicó una nota titulada “‘Love drugs’ are more dangerous than you think”; tal como si se tratara de la obra distópica “Un mundo feliz”, al dirigirse al Festival de Ciencias de Cheltenham, la Dra. Anna Machin sugirió que las drogas que mejorarán los sentimientos de amor, cercanía, empatía y cariño, cuyo desarrollo están «en el horizonte». Se está presagiando un momento en el que las personas podrán consumir abiertamente “oxitocina” en forma de aspiración o tomar pastillas que permitan generar vínculos de amor con desconocidos.
Los tiempos fugaces han generado que se investiguen las posibilidades de formar familias donde se garantice no sólo la perfecta armonía artificial, sino que el otro sea un ejemplar de consumo que satisfaga íntegramente las propias pretensiones. Ya no habría que invertir tiempo en conocerse ni afrontar los sacrificios propios de la convivencia; serán las drogas las que generen ese sentido de felicidad que es el fin de todo ser humano. Esto no es ni cerca algo ficticio. Otro titular reciente informó sobre la creación accidental de hámsters hiperagresivos a través de la edición de genes, en un intento de diseñar las criaturas para una mayor unión y cooperación. Esto puede parecer divertido, pero lo inquietante de los informes es que los hámsteres fueron elegidos porque «tienen una organización social similar a la de los humanos». Es decir, los científicos están editando criaturas vivas experimentalmente con CRISPR con organizaciones sociales similares a las humanas en un intento de hacerlos más amables y sociables.
Lo que parece un acto de liberación absoluta, donde ya no habría conflicto alguno siendo que es parte natural del ser humano el dolor y el sufrimiento. Ser humano es aprender a soportar el sufrimiento sin perder la esperanza y el amor a la vida; por eso la distopía de Aldous Huxley en “Un mundo feliz” es más peligrosa que 1984 de Orwell. La distopía de Huxley es aquella en la que las personas intercambian su humanidad por comodidad y placer, lo que impide luego alguna resistencia en nombre del amor.