Fuente: Crux – FSSPX.Actualités
Mientras la guerra hace estragos en la Franja de Gaza, el Patriarca Católico Latino de Jerusalén está preocupado por el futuro de la comunidad cristiana en la región. En la actualidad, todavía hay más de mil cristianos –en su mayoría «ortodoxos»– que sobreviven entre casi dos millones de musulmanes. Muchos se sienten tentados a huir al extranjero.
Al contrario, para el alto prelado, «habrá que intentar reconstruir, pero sé que es fácil decir eso, y que sobrevivir es completamente distinto».
En cuanto a las consecuencias del conflicto a medio y largo plazo, el Patriarca expresa su perplejidad sobre el futuro de las relaciones palestino-israelíes: «Me parece que la coexistencia entre israelíes y palestinos será imposible en la práctica; tendremos que ver adónde conducirá esto concretamente y qué implicaciones tendrá en la vida de los cristianos aquí. Pero una cosa es segura: nada volverá a ser lo mismo», precisó.
El alto prelado reafirmó también su deseo de viajar lo antes posible a la Franja de Gaza, para visitar la única parroquia católica, bajo el patrocinio de la Sagrada Familia. «Si pudiera, partiría inmediatamente con otros sacerdotes para ayudar y apoyar a los feligreses», confesó el cardenal.
«Sin embargo, tenemos que esperar hasta que la situación se aclare. Ahora mismo estamos en una fase de inestabilidad y es difícil saber qué pasará. Lo cierto es que hay mucho sufrimiento, rabia y odio. No es bueno».
La Iglesia local y la Santa Sede también tienen, según la opinión de Monseñor Pizzaballa, un papel protagonista en la dramática situación que vive la región, aunque solo sea en el espinoso tema de los rehenes israelíes: «Debemos hacer todo lo que está en nuestras manos para poner fin a esta situación, especialmente para traer a los niños rehenes a casa y garantizar la seguridad de todos los niños», insistió el cardenal.
El Patriarca latino se muestra aquí más político, recordando su apoyo al principio «dos pueblos, dos Estados» establecido durante los acuerdos de Oslo en 1993, recordado también por el Papa Francisco en una entrevista televisiva el 1 de noviembre: «El mundo debe comprender que hay aquí hay dos pueblos, incluido el pueblo palestino, que esperan una respuesta a sus aspiraciones nacionales», explicó.
Una cuestión que sigue siendo fundamental para el alto prelado y que no puede quedar sin respuesta: «Hasta que esto no se solucione, no se podrá resolver ningún otro problema, ni las cuestiones políticas ni las religiosas». Pero actualmente resulta difícil imaginar avances significativos en este ámbito en un futuro próximo.
Es probable que el invierno sea largo y duro para los cristianos de Gaza, atrapados entre el ejército regular israelí y los islamistas de Hamás.