El gobierno francés se ha convertido en la primera gran economía en prohibir los vuelos de corta distancia donde existe una alternativa de tren o autobús de dos horas y media o menos, una medida que se votó en 2021 y entrará en vigor en abril de 2022.
La prohibición es un intento de reducir las emisiones de carbono del país derivadas de los viajes en avión, una medida que, según informó The Guardian, podría eliminar el 12% de los vuelos nacionales franceses.
Luego de un año que el Congreso del país respaldó la decisión de abolir los vuelos domésticos cortos a lugares a donde pueda llegarse en tren en menos de tres horas totales, a partir de abril de este año 2022 entra en vigor, pero no se cancelarán todos los vuelos, es más, en algunos casos hasta se incrementan. Y esto fue por un “parche” de última hora a la ley.
Aunque oficialmente los vuelos entre París y Burdeos o Lyon no deberían seguir operando, esto aplica solamente para el tráfico doméstico, las conexiones sí están permitidas, y siendo lugares con alta demanda, si no se realizan conexiones a través del Aeropuerto Charles de Gaulle (CDG), muchos pasajeros buscarían llegar directamente en avión con conexiones en Ámsterdam, Londres o Frankfurt, en perjuicio de los prestadores de servicios franceses comenzando por Air France.
En 2021, el gobierno francés rescató a su aerolínea nacional Air France por una suma de € 7 mil millones ($ 7.9 mil millones) después de sufrir pérdidas debido a los impactos de COVID-19, y puso como condición que la aerolínea nacional sea más consciente del medio ambiente.
Así que, si es en vuelo de conexión, sí se pueden comprar los segmentos a esas ciudades por €100 euros, que es similar a la tarifa del tren; por lo que Air France no reducirá sus vuelos entre París y Lyon que está apenas a poco más de 400 km de distancia, sino que aumenta una frecuencia diaria a partir de la próxima semana para tener 6 vuelos diarios.
La ministra francesa de Medio Ambiente, Elisabeth Borne, dijo en ese momento que “hemos pedido a Air France que acelere su transición ambiental” que afecta hasta el 40% de los vuelos donde hay un enlace ferroviario de menos de 2 o 2,5 horas.
Los gobiernos europeos están buscando maneras de reducir las emisiones en general, en línea con sus ambiciosas metas ambientales, por lo que están presionando a la aviación local para reducir sus vuelos cortos en que el consumo de combustible por pasajero es alto porque el vuelo en crucero es muy corto, buscando otras opciones menos contaminantes para atender la demanda. Esto, además, es buena imagen hacia los grupos ambientalistas.
Por lo que la reducción de vuelos, más que desde el Aeropuerto Charles de Gaulle en donde Air France puede ofrecer muchas conexiones, se dio en el Aeropuerto de Orly (ORY), el aeropuerto secundario de París en donde se ofrecen principalmente vuelos domésticos. Desde este aeropuerto se cancelaron los vuelos hacia Burdeos, Nantes y Rennes, como una condición del gobierno para la ayuda que la aerolínea recibió en 2020.
Esta medida también pretende impulsar la aviación sustentable a través de aviones eléctricos que tendrían un buen desempeño en rutas cortas de este tipo y no tendrían la restricción, ya que no se producirían emisiones.
Desde luego que la aplicación de este modelo depende completamente de la eficiente red de trenes franceses de alta velocidad, lo que no necesariamente aplica a otros lugares o países que no cuentan con un sistema ferroviario tan grande y confiable. Sin embargo, sí hay otros gobiernos que pretenden imitar el modelo, como el de España, y desde hace un tiempo Iberia está ofreciendo la opción de tomar el tren en lugar de vuelos, a ciudades cercanas, desde la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas (MAD).
Austrian Airlines también está reemplazando vuelos entre Viena y Salzburgo con conexiones de tren más frecuentes, como parte del plan para que la aerolínea reduzca sus emisiones al cancelar vuelos en donde haya conexiones con el tren a menos de 3 horas de distancia, por lo que la aerolínea ofrece la facilidad de documentar el equipaje hasta el destino final.
También KLM, la aerolínea hermana de Air France, desde 2019 ofrece a sus pasajeros en conexión la opción de tomar el tren entre Ámsterdam y Bruselas, que es un trayecto demasiado corto, en sociedad con Thalys y NS Dutch Railways. Aunque hasta ahora mantiene 4 vuelos diarios entre ambas ciudades por las conexiones internacionales.
Greenpeace aboga por la prohibición de vuelos de corta distancia donde haya una alternativa de tren de menos de seis horas, según informa CNN Traveler. Greenpeace argumenta que esto afectaría a un tercio de los vuelos cortos más concurridos de Europa y eliminaría 3,5 millones de toneladas de emisiones de carbono al año.