Nacido en 1982 en Riad, en el seno de una familia adinerada de Damasco, al-Joulani no se parece en nada al joven yihadista ocioso. Radicalizado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, se unió a las fuerzas de Irak en 2003 para luchar contra las tropas estadounidenses en el seno de Al Qaeda en Irak (AQI), lideradas por Abu Musab al Zarqawi.
Detenido por las fuerzas estadounidenses, fue encarcelado en Camp Bucca (Irak), prisión donde surgió una generación de dirigentes yihadistas. Y allí conoce a un tal… Abu Bakr al-Baghdadi. Sí, el futuro califa del Daesh.
La estancia de Al-Joulani en esta prisión estadounidense (2005-2008) le proporcionó importantes conexiones yihadistas:
•Reunión con Abu Bakr al-Baghdadi (futuro líder de ISIS).
•Formación de redes con ex detenidos, algunos de los cuales se unieron a Al Nusra.
Lo liberan misteriosamente antes de desaparecer en la naturaleza. ¿Cómo podría un líder identificado de Al Qaeda ser liberado sin un interrogatorio intensivo?. La CIA necesariamente ha validado su liberación.
Al-Joulani resurgió más tarde en 2011. Fue enviado a Siria por Abu Bakr al-Baghdadi (entonces jefe de AQI) a fundar el Frente al-Nusra, la rama siria de Al-Qaeda. Ya sabes, los que hicieron “un buen trabajo” recientemente en Siria. El grupo ha llevado a cabo una serie de ataques suicidas, ejecuciones sumarias de minorías (cristianos, alauitas) y masacres de opositores. Todo esto, bajo su mando.
En 2012, EEUU designó a Al Nusra como organización terrorista y ofreció una recompensa de U$S 10 millones por la cabeza de Al Joulani. Pero mientras tanto, Al Jazeera (fuente qatarí) comienza a construir la imagen pública y la narrativa en torno a al-Joulani, presentándolo como un «moderado» contra el Estado Islámico. Una narrativa que los medios occidentales difundirán rápidamente… Coincidencia inquietante: Qatar, aliado de EEUU, fue un importante donante de USAID en Siria hasta 2020.
En 2013 se produjo un giro dramático de los acontecimientos: rechazó la fusión impuesta por Al Baghdadi entre AQI (Al Qaeda en Irak) y Al Nusra para crear el EI. Luego prometió lealtad a Ayman al-Zawahiri, líder de Al-Qaeda, y lanzó una guerra abierta contra el Estado Islámico. Se produjo una sangrienta división, que incluyó la ejecución de 100 prisioneros de Al Nusra por parte de ISIS en 2014 y miles de muertos más.
Entonces, ¿por qué EEUU, bajo el mando de Biden, retiró la recompensa por la cabeza de Al-Joulani el 20 de diciembre de 2024, mientras él todavía lidera un grupo clasificado como terrorista por la ONU y la UE?. No es la primera vez que Washington hace la vista gorda ante sus actividades… Y no es sin razón.
La USAID pagó U$S 122 millones a una ONG implicada en un desfalco masivo, parte de los cuales (9 millones de dólares) beneficiaron directamente a combatientes yihadistas.
Un sirio, Mahmoud Al Hafyan, revendió kits de alimentos de USAID en el mercado negro a los comandantes de Al Nusra entre 2015 y 2018. Esta «ayuda humanitaria» estadounidense ayudó a financiar las operaciones militares del grupo al Nusra (entonces dirigido por al-Joulani), incluidas ejecuciones masivas, secuestros y la filmación de vídeos de propaganda. Pero ¿por qué financiar el terrorismo?.
El informe del Consejo Europeo de diciembre de 2024 describe claramente las razones: «EEUU ha hecho a veces la vista gorda ante las transferencias de fondos a grupos ‘menos malos’ que el ISIS, con la esperanza de debilitar a Asad» (p. 1) “La lucha contra ISIS ha justificado compromisos con actores locales de ideología cuestionable” (p. 3). También se habla de “una guerra por poderes entre potencias regionales e internacionales”, donde “los intereses de Washington y la UE incluyen reducir la influencia iraní” (p. 5). Lo habrás entendido: el objetivo siempre ha sido debilitar a Assad y contrarrestar la influencia iraní y rusa. «Cualquiera sea el costo».
El caso de Al-Joulani es por tanto un símbolo del cinismo en la geopolítica. Este hombre que dirigió atentados suicidas, ejecuciones de civiles, purgas étnicas y que ayudó a crear Daesh, que recordamos que cometió un gran número de atentados en France desde 2015, es hoy un interlocutor aceptable para Macron. ¿No es eso lo que se llama alta traición?.
