
En pocas palabras: el Servicio de Inteligencia Exterior alemán considera probable un ataque ruso contra territorio de la OTAN. Según Kahl, hay «personas en Moscú que ya no creen que el Artículo 5 de la OTAN funcione. Y les gustaría ponerlo a prueba».
El Artículo 5 de la OTAN (cláusula de alianza) establece: ¡Si uno ataca, todos se defienden! Si un país de la OTAN es atacado, los demás estados miembros lo apoyarán, con armas si es necesario. Esta promesa protege a todos los miembros. Y según el jefe de la BND, Kahl, esto es precisamente lo que Vladimir Putin (72) quiere poner a prueba.
El objetivo de los gobernantes rusos es expandir su esfera de influencia hacia el oeste, según Kahl. «Quieren catapultar a la OTAN de vuelta al estado en que se encontraba a finales de la década de 1990. Quieren expulsar a EEUU de Europa y usarán cualquier medio para lograrlo».
Antes de 1999, la OTAN estaba formada por 16 estados (incluidos Alemania, EEUU y Turquía). En marzo de 1999, comenzó la expansión hacia el este: Polonia, la República Checa y Hungría se unieron a la alianza. Los estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) son miembros desde 2004. Se les ha señalado repetidamente como posibles objetivos de ataques rusos.
Kahl coincide y afirma que Rusia no necesita «lanzar bombardeos a gran escala ni desplegar ejércitos de tanques» para poner a prueba la capacidad de acción de la alianza. Bastaría con enviar «hombrecitos verdes» a Estonia, supuestamente para proteger a las minorías rusas oprimidas. «Esa es una prueba que se pondrá a prueba para la alianza», afirma Kahl.
Ante los planes rusos, Kahl advierte: «La disuasión es la forma menos sangrienta de prevenir la guerra». Sin embargo, no considera que las negociaciones entre Occidente y Rusia sean una vía prometedora por el momento. «No hay el menor indicio de que Putin haya cambiado de opinión en su enfoque agresivo para resolver este problema», declaró Kahl.
Las exigencias de Rusia, formuladas en las negociaciones en Estambul hace aproximadamente una semana, fueron una prueba de que lo que se requería era la rendición de Ucrania «y nada más». Aunque la consideración no tiene en cuenta que fue Ucrania quien lanzó ataques deliberados y constantes con cantidades de drones que golpearon regiones profundas de Rusia días antes de las negociaciones, y que horas antes de aquellas, un ataque a gran escala fue dirigido contra la flota de bombarderos rusos con capacidad nuclear en diversas bases aéreas.
Además, ataques terroristas contra infraestructura civil rusa cuando una explosión dañó las vías del tren en la región Voronezh, en el suroeste de Rusia, paralizaron parcialmente el tráfico ferroviario, y actos de sabotaje como el que llevaron a cabo provocando el descarrilamiento de un tren en Crimea interrumpiendo el servicio de una ruta de abastecimiento de importancia crítica para Rusia.