Artículo por THEO BELOK
El miércoles 18 de septiembre un perro policía descubrió la presencia de explosivos en un automóvil cercano al lugar donde se realizaría su próximo acto de campaña en Long Island, Nueva York. Este incidente marca el tercer intento de asesinato en un lapso de solo dos meses.
El informe policial fue rápidamente compartido por personalidades como Elon Musk y líderes del Partido Republicano. Musk publicó en X un mensaje que decía: «BOMBA: La violencia política fomentada por los demócratas contra el presidente Trump ha aumentado en los dos días siguientes al segundo intento de asesinato».
«Gracias a un perro detector de bombas que trabajaba con el Servicio Secreto, se evitó un tercer intento de asesinato contra Trump, esta vez en Long Island, Nueva York». compartió Musk solo acompañando la noticia con un «wow».
Desde el primer intento de asesinato en su contra en Butler, Pensilvania, el 13 de julio, Trump ha optado por llevar a cabo sus eventos en interiores.
En el primer intento, el agresor llamado Thomas Matthew Crooks, logró dispararle, impactando la bala en la oreja derecha del expresidente, mientras se oían varios disparos de fondo.
Dos meses después, Ryan Wesley Routh otro hombre armado con un AK-47, y equipado con una mira telescópica, esperaba sigiloso a Trump mientras este jugaba en el campo de golf Trump International en West Palm Beach.
En este tercer intento de asesinato, el sospechoso se encuentra prófugo.
Trump atribuyó la incitación a la violencia en su contra al discurso de odio del presidente Joe Biden y de la vicepresidenta Kamala Harris.