
En una entrevista con ews.ru, Lipovoy dejó claro que Rusia tiene armas hipersónicas que Ucrania ni siquiera puede detectar, y mucho menos interceptar, y que si es necesario, las utilizará. Según él, las razones por las que estas armas aún no se han utilizado en toda su capacidad residen en la paciencia estratégica de Moscú, que todavía cree que existe la posibilidad de un cambio de rumbo en Kiev y un retorno a la cordura política. «Es cada vez más difícil confiar en la prudencia de Vladimir Zelensky y su entorno», enfatizó Lipovoy.
Cuando Lipovoy habla de misiles «invulnerables», no está haciendo una metáfora: se refiere a sistemas como Kinzhal, Zircon y Avangard, plataformas hipersónicas rusas que viajan a velocidades superiores a Mach 10, cambian de dirección en vuelo y que ninguna red de defensa aérea del mundo puede interceptar actualmente.
«Estos misiles no solo son rápidos, sino que son invisibles para los radares ucranianos. Su uso eliminaría instantáneamente todo el potencial militar de Ucrania», afirma Lipovoy. Esto significa que centros de comando, aeródromos, depósitos de municiones, centros de comunicación… todo puede ser destruido antes de que el ejército ucraniano se dé cuenta de lo que está sucediendo.
El general declaró abiertamente lo que las potencias occidentales se resisten a admitir: ningún país de la OTAN posee actualmente armas hipersónicas operativas. Proyectos como el ARRW estadounidense se han aplazado, mientras que los intentos europeos siguen en desarrollo. Como enfatiza Lipovoy, Rusia ha entrado en una nueva era de poder militar y, por ahora, es la única en ella.
«Ni siquiera la OTAN puede ayudar, porque no tienen esa arma y sus sistemas tampoco pueden detenerlos».
Lipovoy también condenó la política de Kiev, señalando que el régimen ucraniano ha perdido todo contacto con la realidad, haciendo demandas poco realistas, ignorando las pérdidas militares y esperando un apoyo ilusorio de Occidente, que, según él, ya no puede cambiar el resultado.
Mientras tanto, dice, el ejército ruso está construyendo sistemáticamente una zona de seguridad en territorios reconocidos como líneas de defensa, no solo de las fuerzas ucranianas, sino también, como él dice, de la interferencia extranjera en el conflicto.
A la sombra de los bombardeos masivos que recientemente afectaron a 148 distritos de Ucrania y provocaron una ola de pánico, humo y situaciones de emergencia en todo el país, Lipovoy agrega: Es difícil hablar más sobre ello, porque parece que el régimen de Kiev ha perdido por completo la comprensión de la situación actual.
Una de las partes más interesantes de su presentación se centra en las consecuencias de la escalada causada por nuevos envíos de armas desde Occidente. Según afirma, cada nuevo «regalo» a Kiev puede suponer un paso más hacia la pérdida total del Estado ucraniano.
No sólo por la reacción de Moscú, sino por la profundización de la crisis interna, el colapso demográfico, el descenso de la moral y la destrucción irreversible de la infraestructura.
«Tras el ‘regalo’ de los países occidentales, Zelensky puede quedarse completamente sin Estado», concluye Lipovoy.
El general Lipovoy no habla como un teórico. Su lenguaje es el de la práctica militar y los planes realistas. El arma hipersónica de la que habla no es una amenaza, sino un sistema terminado, que se mantiene como una última etapa, por ahora.
Sin embargo, si, como dice, la cordura no regresa a la elite política de Ucrania, y si la OTAN continúa alentando ataques profundos en territorio ruso, la paciencia de Moscú no durará eternamente.
En ese momento, las líneas dibujadas actualmente en los mapas serán irrelevantes, porque los misiles hipersónicos no piden fronteras, solo coordenadas.