En las redes sociales se vienen publicando imágenes de diferentes ciudades del mundo donde puede observarse particularmente una iluminación LED de un color azul y que ha llamado la atención de los ciudadanos de aquellas ciudades tanto en Europa como en América. Curioso es que también pueden observarse notoriamente nada más ni nada menos que en el Mundial de Qatar 2022. ¿Experimentación de Optogenética y manipulación mental?, ¿prevención de crímenes?, ¿disminuir el gasto eléctrico?. Hasta incluso el Foro Económico Mundial se encuentra interesado en la llamada Optogenética.
Mientras que algunos medios hablan de una cuestión orientada a la seguridad y que supuestamente reduciría los delitos, otros estudios hablan de que representa una ‘amenaza perjudicial para la salud’. Pero analicemos los siguientes supuestos para luego sacar las conclusiones:
El alumbrado público de color azul disminuiría los crímenes y suicidios
El ámbito de la criminología procura, día a día, estar actualizado en todos los factores y las medidas de prevención que logren evitar o disminuir la criminalidad que azota a las calles y que pone en peligro la seguridad pública. Es por ello que en algunos países, varios organismos que velan por la seguridad y la prevención han optado por cambiar su alumbrado público por uno de color azul. El motivo de este cambio es que, al parecer, son ya varios los resultados empíricos que apuntan a que las calles alumbradas con este tipo de luz reportan una notable disminución de la delincuencia.
A continuación te detallamos este raro descubrimiento.
La luz azul parece prevenir el suicidio y los delitos
Ya en el año 2000, la ciudad escocesa de Glasgow probó a cambiar el color de la luz que emitían las farolas. El experimento permitió que algunas de las más concurridas avenidas de esa urbe adquirieran matices visuales distintos, gracias al cambio de las tradicionales luces blancas, naranjas o amarillas por luces con tonalidades azules. En esa ocasión, sin embargo, sólo se perseguía un fin estético.
Un descubrimiento casual, en Glasgow
Sin embargo, con el paso de algunas semanas, las autoridades se percataron de que en dichas regiones donde se colocó la luz azul hubo una considerable disminución de crímenes y suicidios. Este descubrimiento se convirtió rápidamente en una propuesta legislativa encaminada a reducir la criminalidad en la vía pública y fue adoptada y aplicada en otros países, pese a que en ese momento no existía ninguna comprobación científica ni estudios concluyentes que relacionaran dicho fenómeno con la luz azul.
Por ejemplo, en el año 2005, la ciudad de Tokio, Japón decidió implementar dicha estrategia en algunas de sus calles, colocando faros con luz de color azul y asombrosamente, las autoridades niponas reportaron una disminución de un 9% de la criminalidad en dichas zonas. Posteriormente, una empresa de ferrocarriles japonesa llamada Central Nipoon Expressway empezó a instalar en el año 2013 paneles tipo led para proyectar luz de dicho color, con el fin de hacer desistir a quienes intentan suicidarse arrojándose a las vías. Los responsables de este cambio aseguran que, después de varios años, esta medida ha reducido en un 20% los atentados de suicidio. ¿Casualidad?.
Estudios e hipótesis
Pese a que la disminución del delito parece estar relacionada directamente con la luz azul pública, aún no existen resultados científicos que avalen concluyentemente esta teoría.
Como apunta Tsuneo Suzuki, profesor de la Universidad de Keio, “Hay aún muchos datos por analizar para saber qué relación existe entre el alumbrado azul y su “efecto calmante” que causa sobre la gente. Lo que sí está claro es que luces en color azul son poco habituales. Así la gente puede sentirse extrañada y evita destacarse, los crímenes y suicidios descienden con este tipo de iluminación. Existen muchas investigaciones relacionadas con la psicología del color, y una de ellas investigaba la luz azul de longitud de onda corta. Ha demostrado ser un tratamiento potencialmente eficaz para desórdenes afectivos estacionales (un tipo de depresión ligada al cambio de tiempo). Si se suceden nuevas investigaciones que avalan los beneficios del alumbrado azul, podríamos encontrarnos ante un fantástico hallazgo. Un cambio barato que puede ayudar a reducir los índices de delincuencia en las zonas, así como los casos de suicidio”
Otros efectos psicológicos del color azul
A la luz azul también se le atribuyen otra serie de características:
1- Puede provocar insomnio
Un estudio realizado por Steven Lockey, neurocientifico de la escuela de medicina de Harvard demostró que estar expuesto a luz azul provoca disminución del sueño e inclusive insomnio ya que esta luz suprime la síntesis de melatonina, que es la hormona del sueño.
2- Aumenta el ritmo cardíaco y la memoria
Gikes Vandewalle, investigador de la universidad de Montreal, comprobó que la luz azul aumenta el ritmo cardiaco y mejora la memoria, puesto que usando encefalogramas observó que una persona expuesta a esta luz realizaba tareas de memorización de forma más eficiente ya que las respuestas de la corteza frontal y parietal mejoraban.
3- Mejora el aprendizaje
De acuerdo con un cronobiólogo alemán, Dieter Kunz, aumentando la cantidad de azul en la luz artificial podríamos incrementar el rendimiento y la capacidad de aprendizaje tanto en los colegios como en las oficinas y otros lugares de trabajo en espacios cerrados. Incluso podría mejorar la salud de pacientes en hospitales.
Psicología del color azul
Vale recordar que entre las cualidades positivas en la psicología del color azul encontramos que es un color amable, simpático y que suele inspirarnos confianza. Es un color que gusta prácticamente a todas las personas y es el color que más asociamos a la amistad, la armonía y la confianza. También representa el color de lo divino y lo eterno puesto que lo asociamos al color del cielo. La experiencia continua se asocia también a este color, es el color de todo lo que queremos que permanezca y de todo lo que queremos que sea eterno. Es uno de los colores que más se asocian con la paz (después del blanco) ya que por ejemplo, la bandera de la ONU es de dicho color, así como el de los cascos de sus tropas de paz.
Es altamente probable que en el futuro se realicen investigaciones a fondo que permitan comprobar, a ciencia cierta, el vínculo entre la presencia de alumbrado azul y la disminución de delitos. Esto ofrecería una base científica y sentaría un importante cambio en todas nuestras calles.
El aumento de la iluminación LED «amenaza con perjudicar la salud humana y animal», según un estudio: España es uno de los países más señalados
Europa está cambiando su alumbrado de farolas hacia las bombillas LED, un tipo de iluminación que podría tener efectos nocivos en humanos y fauna, según alerta una reciente investigación.
A partir de imágenes tomadas por astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS, en sus siglas inglesas), el equipo de investigadores diseñó un mapa donde se observa la variación de la composición espectral de la iluminación artificial en toda Europa durante los periodos 2012-2013 y 2014-2020.
Los datos, publicados en la revista Science Advances, muestran el reemplazo progresivo del alumbrado público desde la iluminación a base de sodio de alta presión (en tono amarillento) a una mediante lámparas LED de color blanco y con mayores emisiones azules. Ahora se empiezan a publicar posibles efectos nocivos en la salud.
El cambio se observa en mayor proporción en Italia, Rumanía, Irlanda y Reino Unido. En España, los LED representaron el 61% de todas las ventas y el 56% del alumbrado público en 2017. Los países que han experimentado cambios menos marcados incluyen Austria y Alemania.
«Esta tendencia está aumentando ampliamente el riesgo de efectos nocivos para los ecosistemas«, señalan el investigador Alejandro Sánchez de Miguel y sus compañeros de la Universidad de Exeter, (Reino Unido) en el estudio.
El trabajo subraya cómo los cambios en el alumbrado nocturno han influido tanto en la salud humana como en la naturaleza. El predominio de la luz azul tiene un impacto en la supresión de la producción de melatonina, la visibilidad de las estrellas y la respuesta fototáxica de los insectos.
También lleva asociado un impacto medioambiental
Los ciclos de melatonina, la hormona del sueño, son componentes clave de los sistemas circadianos y determinantes de la organización temporal biológica para una multitud de organismos. Pero la producción de esta hormona se ve suprimida por la iluminación nocturna artificial.
«El reloj circadiano regula el correcto funcionamiento de múltiples sistemas en el cuerpo humano. El principal factor sincronizador de este sistema es la luz que entra a través de la retina en nuestros ojos. La luz azul (…) es la más efectiva a la hora de sincronizar (o alterar) este sistema», matiza Anna Palomar, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
«El estudio de Alejandro Sánchez de Miguel y colaboradores subraya las carencias de estudios anteriores que han evaluado el incremento de luz artificial nocturna usando imágenes de noche, pero sin tener en cuenta el color de la luz emitida, por lo que las estimaciones se pueden haber infravalorado», añade la investigadora, que no participó en el estudio, en declaraciones a SMC España.
Los cambios en el índice de melatonina estimados en el estudio revelan que el nivel de esta supresión ha crecido en toda Europa entre los dos periodos evaluados. «Los países que han experimentado aumentos particularmente grandes en estos riesgos ambientales incluyen Rumanía, España y Reino Unido«.
Estudios anteriores ya han asociado la contaminación lumínica a peor salud mental y una peor salud cardíaca. Un problema que afecta al 80% de la población mundial.
Como muestra, los aumentos en las emisiones en longitudes de onda azules también pueden alterar la respuesta fototáxica de las polillas y otros insectos a la luz nocturna artificial. Esta atracción hacia dicho tono de luz, lleva a que sus poblaciones se estén concentrando en zonas urbanas limitando la alimentación de murciélagos y aves en zonas boscosas y despobladas.
Experimentación Optogenética
La optogenética es la combinación de métodos genéticos y ópticos para controlar eventos específicos en ciertas células de tejidos vivos, incluso de mamíferos y de otros animales, con la precisión temporal necesaria (en la escala temporal del milisegundo) para mantener el ritmo intacto de funcionamiento de los sistemas biológicos. La razón de este control tan rápido y preciso reside en el uso de la luz como agente inductor.
La optogenética abarca el desarrollo de proteínas sensibles a la luz (naturales o modificadas químicamente), las estrategias para introducir los genes que codifican dichas proteínas en las células o tejidos diana y, por último, la generación de sistemas de detección de los cambios de comportamiento producidos en dichas células y tejidos.
Estas técnicas son especialmente útiles para su empleo en la investigación en neurociencias, donde no existían métodos de estudio que permitiesen el estudio in vivo de células individualizadas.
Los métodos optogenéticos se basan en la introducción de genes exógenos que codifican proteínas sensibles a la luz en ciertas células. Estas proteínas permiten modificar el comportamiento a nivel celular mediante la presencia o ausencia de luz. La idea clave es la fusión en una proteína de dominios que absorben la luz con dominios efectores, capaces de una función. Así se han creado variantes sensibles a la luz de proteínas efectoras fusionadas con proteínas fotosensibles.
El empleo de opsinas procedentes de microorganismos (bacterias) y su adaptación para su utilización como interruptores celulares ha permitido una avance importante de estas tecnologías. Estas opsinas combinan un dominio sensible a la luz y un canal iónico en la misma proteína. Así, son necesarios cuatro etapas en un estudio optogenético:
- Desarrollo de proteínas fotosensibles, modulando el potencial de membrana y dirigiendo la señalización celular;
- Conducción de genes a la célula diana, mediante transfección, transducción viral o creación de líneas animales transgénicas;
- Iluminación controlada; y
- Análisis de los resultados obtenidos.
¿Cuál es el interés del Foro Económico Mundial en esta experimentación?
En la página oficial de FEM se puede individualizar un artículo referido a este experimento de control que describe lo siguiente:
Nuestros cerebros están formados por miles de millones de células llamadas neuronas, y esas neuronas se comunican entre sí a través de circuitos neuronales.
La optogenética nos permite, por primera vez, manipular los mensajes que esas neuronas se envían entre sí.
«Si imaginas el cerebro como esta ciudad, hasta ahora lo hemos estado mirando como si fuera desde el espacio», explica I-Han Chou, editor sénior de Nature. «No hemos tenido las herramientas para hacer nada más que ver lo que está haciendo toda la cuadra de la ciudad. Lo que realmente quieres saber es cuáles son los componentes individuales de la ciudad, qué está haciendo la gente y cuál es la información que se transporta desde una parte de la ciudad a otra.
«La optogenética es la capacidad de manipular circuitos neuronales individuales, refinando nuestra visión de la función de los circuitos individuales y cómo se relacionan con diferentes aspectos de nuestro comportamiento y personalidad», explica.
El nombre optogenética proviene del hecho de que los científicos utilizan la óptica, es decir, la luz, y la genética, las células modificadas genéticamente en el cerebro de un animal, juntas. Al iluminar las células modificadas genéticamente en el cerebro, los científicos han podido encenderlas o apagarlas.
La investigación en la práctica
Los experimentos hasta ahora se han realizado en roedores, pero muestran resultados prometedores para su uso futuro en humanos.
La investigación podría tener consecuencias notables, por ejemplo, en el tratamiento de trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson.
La parte del cerebro que se daña en la enfermedad de Parkinson se llama ganglio basal. Esta parte del cerebro está involucrada en la coordinación del movimiento, y los experimentos han demostrado que la optogenética puede usarse para afectar la forma en que nos movemos.
«Si activas un cierto subconjunto de neuronas con optogenética, puedes hacer que una rata se congele y tenga dificultad para caminar. Si activas un subconjunto diferente, las ratas comienzan a moverse más rápido», explica I-Han Chou.
«Imagínese si pudiéramos usar la optogenética o una tecnología similar para obtener la entrada de un sensor artificial en nuestro cerebro. En principio, no solo podríamos restaurar la función, sino que podríamos mejorar nuestras funciones actuales», agrega.
También podríamos usar la optogenética para darnos detectores de luz ultravioleta o detectores de dióxido de carbono para que podamos detectar automáticamente la calidad de nuestro aire.
«Cuando las cosas van mal con el cerebro, es tan devastador. Una de las esperanzas de la optogenética es que, si puede funcionar en humanos, podría usarse como una herramienta para restaurar la función cerebral», dice I-Han Chou.
La técnica podría utilizarse potencialmente para manipular recuerdos, emociones y pensamientos, planteando profundas cuestiones éticas.
Los científicos han podido implantar recuerdos falsos en el cerebro de un ratón usando optogenética. Esto podría tener consecuencias de gran alcance para los 350 millones de personas en todo el mundo que sufren de depresión, como explicó Susumu Tonegawa, profesor de biología y neurociencia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en una charla en Davos 2016.
«La depresión a menudo es causada por el estrés crónico, que precipita una serie de recuerdos negativos. Ahora sabemos que los recuerdos negativos y los positivos compiten entre sí en la red cerebral. Usando este principio, recientemente hemos hecho un descubrimiento muy emocionante, que es curar depresión con tecnología optogenética», explica.
En otras palabras, la optogenética podría usarse para activar los recuerdos positivos en el cerebro, lo que potencialmente podría curar la depresión.
Esta técnica también podría usarse en el tratamiento de la etapa temprana de la enfermedad de Alzheimer, activando las células del cerebro que recuperan los recuerdos.
«La optogenética ha demostrado la prueba de concepto para una variedad de enfermedades y para una posible terapia. La gran pregunta es: ¿podemos convertir estos hallazgos realizados con modelos animales en terapia para pacientes humanos?» él pide.
Consideraciones éticas
Uno de los puntos de conversación más importantes sobre la optogenética no es la ciencia en sí, sino las consecuencias y hasta dónde debemos llevar la investigación hacia la «frontera final» del cerebro humano.
«Existen muchas cuestiones éticas sobre mejorar tu función y mejorarte a ti mismo», concluye I-Huan Chou. «¿Habría un efecto secundario de aumentar su capacidad en un 20%? Dentro de diez años, todos podríamos estar mejorados con implantes. Es un futuro que debe considerarse con mucho cuidado».