Donald Trump hizo el miércoles pasado algo que rara vez ha hecho: admitió que sus cifras en las encuestas habían bajado.
Trump, desde la presión por su gestión del alto costo de vida y la mala investigación sobre el caso Jeffrey Epstein, aludió a dificultades con su base política en un discurso por lo demás exuberante ante líderes empresariales y funcionarios de Arabia Saudita.
Su índice de aprobación cayó al 38%, el más bajo desde su regreso al cargo, según una encuesta de opinión de Reuters/Ipsos publicada esta semana.
La encuesta de cuatro días, que concluyó el lunes, se produce en un momento en que el control de Trump sobre su Partido Republicano muestra signos de debilitamiento y enfrentamientos con líderes republicanos de su base MAGA como Marjorie Taylor Greene.
«Así que mis cifras en las encuestas acaban de bajar, pero entre la gente inteligente han subido muchísimo», dijo en Washington.
La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, aprobó el martes una medida para obligar a la divulgación de los archivos del Departamento de Justicia sobre Epstein. Trump se había opuesto a la medida durante meses, mientras que una de sus más cercanas defensoras en el Congreso, la representante Marjorie Taylor Greene, se convirtió en una dura crítica por su resistencia. Trump, de repente cambió de postura el domingo pasado, cuando los legisladores se preparaban para seguir adelante sin él aprobando en la Cámara de Representantes la ley para divulgación.
Solo el 20% de los estadounidenses —incluido apenas el 44% de los republicanos— aprueba la gestión de Trump en el caso Epstein, según una encuesta de Reuters/Ipsos. Alrededor del 70% de los encuestados —incluido el 87% de los demócratas y el 60% de los republicanos— cree que el gobierno oculta información sobre los clientes de Epstein.
La encuesta mostró que la aprobación general de Trump ha caído dos puntos porcentuales desde un sondeo de Reuters/Ipsos a principios de noviembre. La encuesta, realizada en línea, consultó a 1.017 adultos estadounidenses en todo el país y tuvo un margen de error de aproximadamente 3 puntos porcentuales.
Trump inició su segundo mandato con un 47% de aprobación entre los estadounidenses. El descenso de nueve puntos desde enero sitúa su popularidad general cerca de los mínimos registrados durante su primer mandato, y próxima a los índices más bajos de su predecesor demócrata en la Casa Blanca, Joe Biden. El índice de aprobación de Biden cayó hasta el 35%, mientras que la popularidad de Trump durante su primer mandato llegó a descender hasta el 33%.
Trump dice que su popularidad se ha visto afectada por la oposición de sus aliados conservadores, quienes discrepan con su opinión de que se necesitarán algunos trabajadores extranjeros cualificados para ayudar a desarrollar industrias críticas a nivel nacional.
«Siempre recibo críticas de mi propia gente, de quienes me quieren y a quienes quiero», dijo Trump. «Resulta que se sitúan a la derecha del centro, a la derecha. A veces, incluso demasiado a la derecha».
Días atrás, en una entrevista con Laura Ingraham de Fox News sobre si su Gobierno reduciría las visas H-1B —lo que preocupa debido a que esto perjudicaría a los trabajadores estadounidenses—, Trump respondió: “Estoy de acuerdo, pero también hay que atraer talento”.
Cuando la presentadora de Fox respondió: “Aquí tenemos mucha gente talentosa”, Trump replicó: “No, no tenemos… nos faltan ciertos talentos, y la gente tiene que aprender. No se puede sacar a la gente de la cola del paro y decirles: ‘Los voy a poner en una fábrica donde vamos a fabricar misiles’”.
Algunos conservadores culpan a la inmigración de quitarles empleos a los ciudadanos estadounidenses, de la disminución de sus salarios y de impedir que los estadounidenses compitan en industrias de rápido crecimiento, como la manufactura avanzada. Trump, generalmente un intransigente en materia de inmigración, afirma que los trabajadores extranjeros ayudan a capacitar a los trabajadores estadounidenses para empleos en esas industrias.
La nueva encuesta de Reuters/Ipsos mostró que su índice de aprobación entre los republicanos se sitúa en el 82%, por debajo del 87% registrado a principios de mes.
Apenas el 26% de los estadounidenses considera que Trump está gestionando bien el costo de vida, una disminución respecto al 29% de principios de mes. El ritmo de la inflación se ha mantenido elevado en comparación con los estándares históricos desde que Trump asumió la presidencia en enero. Los precios al consumidor en EEUU aumentaron un 3% en los 12 meses hasta septiembre, incluso con el debilitamiento del mercado laboral. Alrededor del 65% de los encuestados —incluido 1 de cada 3 republicanos— desaprueba la gestión de Trump en materia de costo de vida.
«Lo que estamos viendo es probablemente la mayor prueba de su presidencia en términos de su control sobre el Partido Republicano», dijo Mike Ongstad, estratega independiente y ex republicano que no ha apoyado las campañas presidenciales de Trump.




