La decisión permitirá que pilotos y aviones F-15 qataríes operen en territorio estadounidense con fines de entrenamiento conjunto.
El anuncio ha sido recibido con mezcla de respaldo militar y críticas políticas. Mientras que la administración estadounidense enfatiza la cooperación estratégica y la interoperabilidad militar, algunos legisladores estatales expresaron su sorpresa: el gobernador de Idaho, Brad Little, y el senador Jim Risch afirmaron no haber sido informados previamente sobre el acuerdo. Esto genera preguntas sobre la transparencia en la toma de decisiones y el alcance real de la cooperación con Qatar.
Hegseth también elogió el papel de Qatar en el acuerdo de paz de Gaza, señalando: «Han sido una parte fundamental de lo que se ha desarrollado en Gaza, un momento histórico».
NOW – U.S. and Qatar sign deal to open a Qatari «air force facility,» in the U.S., at Mountain Home Air Force Base, Idaho. pic.twitter.com/XnIaOXexid
— Disclose.tv (@disclosetv) October 10, 2025
El Ministro de Defensa de Qatar, Al Thani, calificó el acuerdo de paz como un «logro histórico» y destacó la eficacia de la colaboración entre EEUU y Qatar. El presidente Trump agradeció a Qatar, Egipto y Turquía por mediar en el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás.
La instalación no será una base independiente, sino que se integrará en la infraestructura existente de la Base Mountain Home, siguiendo un modelo usado con aliados como Singapur, Alemania y Países Bajos. Se espera que funcione por un período inicial de 10 años, aprovechando el terreno amplio y las características geográficas de Idaho, que simulan los entornos donde Qatar entrena normalmente a sus pilotos.
Sin embargo, el acuerdo plantea contradicciones políticas. Qatar ha actuado como mediador en recientes negociaciones de paz entre Israel y Hamas, respaldadas por EEUU y Egipto, lo que refuerza su imagen como aliado diplomático. Pero, al mismo tiempo, el país ha sido acusado por distintos sectores de apoyar indirectamente a grupos vinculados al conflicto palestino, generando tensiones sobre la verdadera naturaleza de su alineamiento estratégico.
Expertos en seguridad señalan que, aunque la cooperación militar puede fortalecer la alianza entre Washington y Doha, también introduce riesgos en términos de influencia política y tecnológica, especialmente en la operación de equipos avanzados como los F-15. La falta de consulta con autoridades locales refuerza la percepción de que decisiones de alta relevancia geopolítica se toman sin un debate público adecuado.
Mientras tanto, en la Base Aérea Mountain Home, ubicada a unos 80 km al sureste de Boise, se preparan las instalaciones para recibir al contingente qatarí. La operación será similar a otras colaboraciones internacionales, pero con un matiz político que muchos califican de contradictorio: EEUU acoge en su territorio a un aliado cuyo papel en Oriente Medio sigue siendo ambiguo, mezclando diplomacia, intereses económicos y tensiones regionales no resueltas, mientras es acusado de financiar movimientos islámicos extremistas.
El acuerdo con Qatar pone en evidencia una realidad incómoda, reflejando así una diplomacia estadounidense compleja y polémica, donde ambos parecen más bien cómplices de la generación de crisis y divisiones en Medio Oriente, lo que expone a EEUU a críticas tanto internas como internacionales.
Esto genera la sensación de que Washington no solo coopera, sino que legitima y protege al mismo tiempo a un actor que ha operado, como mínimo, en zonas grises de la seguridad internacional.




