Este 10 de noviembre Carlson introdujo el episodio afirmando que hay “estelas extrañas en el cielo” que no se comportan como simples estelas de condensación y que, según él, hay documentos y declaraciones oficiales que implicarían la existencia de programas de geo-ingeniería que consisten en dispersar aerosoles en la atmósfera. A lo largo del bloque entrevistó a Dane Wigington, quien sostuvo que existen pruebas (y prácticas) de dispersión de partículas a gran escala con fines que van desde el control climático hasta usos militares o sanitarios.
Dane Wigington es un activista conocido por su trabajo en GeoengineeringWatch.org y por difundir la idea de que hay operaciones encubiertas de aerosolización atmosférica. En la entrevista planteó que:
-Existen estelas persistentes que no encajan con la explicación simple de contrails (vapor de agua).
-Hay documentos, proyectos y declaraciones científicas sobre solar radiation management (gestión de la radiación solar) que, en su visión, son pruebas de que se está aplicando o probando la dispersión de partículas.
-Que gobiernos y militares tienen capacidad, e historial, para realizar operaciones de dispersión que podrían haber sido usadas sin el conocimiento de la población.
La entrevista se apoyó principalmente en testimonios, observaciones fotográficas de estelas persistentes y en la lectura (o interpretación) de documentos públicos que discuten la posibilidad de técnicas de geo-ingeniería como respuesta al calentamiento. No se presentó ningún documento desclasificado, inventario de cargas químicas o trazas de laboratorio verificables que prueben que aviones comerciales o militares están, hoy por hoy, pulverizando sustancias tóxicas sobre poblaciones civiles. En la estructura del programa abundan las preguntas retóricas y las conexiones interpretativas que Wigington hace entre investigaciones científicas sobre geoengineering y la afirmación de que ya existe una operación encubierta.
Durante décadas te dijeron: “Es solo condensación”. Pero el invitado de Tucker presentó documentos gubernamentales que demuestran lo contrario.
Un informe del Senado estadounidense de 1978, que abarcaba 800 páginas, reveló programas coordinados de modificación del clima, no solo dentro de los EEUU, sino también entre “naciones que de otro modo serían adversarias”:
“Weather Modification: Programs, Problems, Policy, and Potential” (Subcommittee on Oceans and International Environment, Committee on Foreign Relations, U.S. Senate, 95th Congress, Second Session — printed in May 1978). El objetivo era evaluar los riesgos, el marco legal y los posibles usos militares y civiles de estas tecnologías emergentes.
Incluye los experimentos Project Cirrus, Project Stormfury, Project Popeye, y diversos intentos de sembrar nubes (cloud seeding) para inducir lluvias o alterar tormentas y se documenta que la Fuerza Aérea y el Departamento de Defensa financiaron algunos de estos programas con fines estratégicos y de investigación.
El documento dedica varios apartados a la posibilidad de emplear técnicas meteorológicas con fines militares, mencionando el antecedente del Proyecto Popeye (Vietnam, 1967-1972), donde EEUU sembró nubes para prolongar la temporada de monzones y dificultar el movimiento enemigo en la ruta Ho Chi Minh. Un proyecto que fue denunciado públicamente, y esa denuncia fue una de las principales razones por las que el Senado estadounidense en 1978 elaboró aquel extenso informe sobre modificación del clima y por las que la comunidad internacional impulsó el tratado ENMOD (1977).
Esto llevó a la creación del ENMOD Treaty (Convention on the Prohibition of Military or Any Other Hostile Use of Environmental Modification Techniques), firmado en 1977 por EEUU, la URSS y decenas de países.
El Senado recomendó establecer un marco internacional de supervisión, dado el potencial impacto ambiental y político de las técnicas de modificación climática.
Se advirtió expresamente que la falta de regulación podría derivar en “manipulación encubierta de los sistemas naturales con consecuencias imprevisibles”.
La revelación en el programa de Tucker: Es posible que el ejército estadounidense —y no la naturaleza— sea el principal responsable de la manipulación de nuestros cielos. La Fuerza Aérea de EEUU opera tres veces más aviones cisterna que todas las demás naciones del mundo juntas; las mismas aeronaves que se utilizan en operaciones de geoingeniería.
Antiguos pilotos informan que el aire sobre el noroeste del Pacífico se está calentando entre 45 y 50 grados Fahrenheit por encima de lo normal, lo que obliga a realizar descensos de emergencia; el propio cielo se desestabilizó.
¿Y la explicación de la “estela de condensación”? “Quizás una de las mayores mentiras jamás perpetradas”, dijo el experto.
Esto no son teorías de la conspiración. Son hechos desclasificados, de hace décadas, confirmados discretamente y enterrados. Tucker lo expresó mejor: “El clima está cambiando. Por qué está cambiando es un debate completamente aparte”.
🚨 TUCKER CARLSON UNCOVERS THE SKY’S BIGGEST SECRET
For decades they told you “it’s just condensation.”
But Tucker’s guest just dropped government documents proving otherwise.A 1978 U.S. Senate report spanning 800 pages exposed coordinated weather-modification programs — not… pic.twitter.com/fe3DFDk1cC
— Jim Ferguson (@JimFergusonUK) November 11, 2025
Pero ahora la verdadera pregunta es inevitable: ¿Se está utilizando el clima como arma? Y si es así, ¿por quién?.
El episodio se volvió viral y generó un aluvión de respuestas: desde usuarios que celebraron la visibilización del tema hasta críticos que lo tildaron de reactivación de una teoría conspirativa ya desmentida en múltiples ocasiones. Medios y usuarios han ironizado y señalado la falta de evidencia robusta en la pieza, y plataformas sociales marcaron la publicación con notas de comunidad y críticas públicas.
Qué dice la ciencia sobre las estelas largas y el término “chemtrails”
Contrails (estelas de condensación) son, según la literatura científica, vapor de agua procedente de la combustión y gases de escape de aviones que, en condiciones de baja temperatura y humedad elevada en la tropopausa/estratosfera, se condensan y forman cristales de hielo que pueden persistir y expandirse. La apariencia y duración dependen de condiciones atmosféricas, no necesariamente de aditivos químicos.
El término “chemtrails” se usa en la cultura popular para afirmar que esas estelas contienen agentes químicos o biológicos dispersados deliberadamente con objetivos ocultos; esa afirmación está catalogada por la mayoría de la comunidad científica y por verificadores de datos como una teoría conspirativa cuando se formula como una operación secreta a gran escala sin presentar pruebas concretas.




