Los investigadores revelaron el viernes que indujeron un «nacimiento virginal» o partenogénesis, en la especie Drosophila melanogaster (mosca de la fruta), marcando la primera ocurrencia de tal fenómeno en un animal que tradicionalmente se reproduce sexualmente.
La descendencia producida a partir de estos nacimientos vírgenes pudo propagarse aún más sin necesidad de apareamiento. El estudio completo se publicó recientemente en la revista Current Biology.
La partenogénesis facultativa es un truco genial que tienen algunos organismos en los que pueden cambiar entre hacer bebés de la manera habitual, con una pareja, y hacer bebés solos (lo que se llama partenogénesis asexual).
Los investigadores observaron dos tipos de especies de moscas de la fruta. Un tipo necesita un macho para tener bebés (reproducción sexual), mientras que el otro tipo puede tener bebés sin un macho (partenogénesis). Estudiaron la composición genética de estos dos tipos y encontraron diferencias en cómo funcionan ciertos genes en sus óvulos.
Estos investigadores luego se preguntaron si podrían hacer que una especie de mosca de la fruta relacionada, que normalmente requiere un macho para reproducirse, tenga bebés sin un macho. Hicieron esto modificando algunos de los genes que encontraron en el primer tipo de mosca de la fruta.
Se centraron en tres genes específicos: uno llamado ‘polo’, otro llamado ‘Desat2’ y un tercero llamado ‘Myc’. Al hacer que ‘polo’ trabaje más y ‘Desat2’ trabaje menos, lograron hacer que la mosca de la fruta que normalmente necesita un macho para tener bebés se reproduzca sin uno. Y este efecto fue aún más fuerte cuando se hizo que ‘Myc’ trabajara más.
Según los investigadores, los huevos producidos por estas moscas modificadas genéticamente pudieron comenzar a convertirse en moscas bebé por sí mismas. Lo lograron creando su propio centro de división celular (centrosoma), combinando los productos de división celular y comenzando a desarrollarse. Estas moscas bebés terminaron teniendo un conjunto adicional de cromosomas, lo que las convirtió en triploides.
Según Barron, la partenogénesis, aunque rara, no es del todo ajena al reino animal. Ciertas especies de lagartijas y aves, que se reproducen poniendo huevos, pueden tener crías sin necesidad de aparearse. Por lo general, esto ocurre más tarde en la vida cuando los machos no están disponibles. Sin embargo, la capacidad de desencadenar tal proceso en una especie que tradicionalmente se reproduce sexualmente es una novedad.
El medio agregó que el mes pasado, una hembra de cocodrilo en un zoológico de Costa Rica que no había tenido contacto previo con un macho sorprendió al mundo al poner un huevo que contenía un feto completamente desarrollado. Este fue el primer caso registrado de un nacimiento virginal en reptiles.
Si bien la comunidad científica celebra el notable logro, las repercusiones éticas de esta investigación se han puesto claramente de manifiesto.
En primer lugar, se han planteado preocupaciones sobre la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas. La partenogénesis, el término científico para el nacimiento virginal, generalmente ocurre en la naturaleza cuando no hay machos disponibles. Esta ingeniería genética podría alterar el equilibrio de sexos en ciertas poblaciones si se volviera común, con impactos imprevistos en los ecosistemas.
Además, los críticos argumentan que los científicos están ‘jugando a ser Dios’ al interferir con los procesos reproductivos naturales de los animales.