California ha dado un paso más en su camino hacia la dependencia total de la energía renovable al prohibir el uso de calentadores de agua y calderas a gas a partir de 2030.
La propuesta de prohibir estos productos fue aprobada ayer de manera unilateral por la Junta de Recursos del Aire de California, informa Bloomberg.
“Tenemos muchas esperanzas de que este sea el comienzo de un efecto dominó y que otros estados sigan el ejemplo de California”, dijo Leah Louis-Prescott, asociada de RMI, una organización sin fines de lucro dedicada a la energía limpia.
La prohibición no cubre las estufas de gas por ahora, pero muchas ciudades de California buscan desalentar el uso de estufas de gas y cambiar a electrodomésticos solo eléctricos.
Ahora, con la prohibición de las calderas de gas, los californianos tendrán que familiarizarse con las bombas de calor: aparatos de calefacción totalmente eléctricos que están ganando popularidad en Europa como alternativa a los métodos de calefacción tradicionales.
Promocionadas como el camino a seguir en la tecnología de calefacción, las bombas de calor son elogiadas por su eficiencia y huella de emisiones, pero tienen limitaciones como la temperatura y se suman al consumo de electricidad, lo que podría forzar una red diseñada para un cierto nivel de consumo (más bajo).
A principios de este mes, California se movió para prohibir las ventas de automóviles con motor de combustión interna a partir de 2035. Si bien los activistas climáticos recibieron con agrado la noticia, existen algunos problemas, como el hecho de que los vehículos eléctricos en California, que es el mercado de vehículos eléctricos más grande de los EEUU, solo representan el 15% de las ventas de autos nuevos, según cifras de la Asociación de Concesionarios de Autos Nuevos de California.
Pasar del 15% al 100% en 11 años sería un desafío para una industria automotriz que ya está luchando por encontrar suficientes materias primas para los millones de vehículos eléctricos que las empresas se han comprometido a fabricar.
Mientras tanto, California continúa obteniendo alrededor del 40% de su energía de los combustibles fósiles. Esto debe cambiar si el estado quiere alcanzar su propio objetivo de una red de cero emisiones para 2045.