El Salvador cumple un mes bajo un drástico régimen de excepción, mientras se aceleran cada vez más las capturas de pandilleros. Los arrestos se han vuelto masivos, más de mil supuestos miembros de las maras entran en las cárceles cada día.
Bukele añade que hace cinco días que no hay asesinatos en el país Centroamericano. Comerciantes aseguran que ya no sufren extorsión y los clientes han dejado de tener miedo.
«Dejamos de pagar extorsión. Hoy definitivamente no estamos pagando nada. Los muchachos (pandilleros) no se han visto. Están prácticamente desaparecidos y el comercio fluye. La gente deja de tener miedo de venir al centro (de San Salvador) y de caminar por las calles sin ningún problema», dice un comerciante.
La pregunta ahora es si estas durísimas medidas bastarán, como dice el mandatario, para»curar» a la sociedad del «cáncer metastásico» de la violencia pandillera. Se calcula que las poderosas maras Salvatrucha y Barrio 18 cuentan en El Salvador con unos 70.000 miembros, de los que, tras los últimos arrestos, unos 34.000 estarían encarcelados.
Son cifras enormes para este país centroamericano de seis millones y medio de habitantes. Expertos opinan que, en ese contexto, la solución a largo plazo debería pasar por eliminar las razones que llevan a los jóvenes a unirse a las maras.
Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil, que se fortaleció con la deportación de pandilleros de EEUU, y que tienen más de 70.000 miembros, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro administraciones.
De acuerdo con un informe de detenciones al que tuvo acceso el periódico local La Prensa Gráfica y que fue validado, según el medio, por defensores de derechos humanos, al menos 1.620 menores de edad, entre los 12 y 17 años, han sido capturados entre el 27 de marzo y el 20 de abril del año en curso.
Estos jóvenes y adolescentes enfrentarán un proceso penal como adultos, no tienen derecho a la defensa, no pueden gozar de medidas alternativas a la detención y permanecerán encarcelados todo el tiempo que dure la causa en su contra.
El Salvador alarga régimen de excepción pero sin plan definitivo ante maras
El primer período del régimen de excepción decretado El Salvador tras una escalda de homicidios a finales de marzo concluye este miércoles, pero la medida continuará por 30 días más con la extensión aprobada por el Congreso y sin que se conozca hasta el momento un plan gubernamental para dar una solución concreta al fenómeno de las maras más allá de la cárcel.
Este 27 de abril vence la vigencia del primer decreto legislativo y comienza la extensión del régimen, que mantendrá suspendidos derechos constitucionales por un treintena de días más y que fue aprobada el domingo sin estudio parlamentario.
La Asamblea Legislativa, de amplia mayoría oficialista, ha otorgado al Gobierno del presidente Nayib Bukele poderes especiales para su llamada «guerra contra las pandillas» y la principal apuesta del Gobierno en los primeros 30 días de régimen de excepción ha sido la detención masiva de supuestos pandilleros y colaboradores.
La solicitud de ampliación enviada por el Ejecutivo al Congreso deja entrever que esta será nuevamente la apuesta.
La Constitución de El Salvador señala que para ampliar un régimen de excepción es necesario que se mantengan las mismas circunstancias que lo originaron, en este caso la ola de asesinatos.
La medida extraordinaria se aprobó el 27 de marzo a raíz de la escalada de violencia que se cobró la vida de 87 persona en tres días y colocó el día 26 como el más sangriento de la historia reciente salvadoreña con 62 víctimas.
Sin embargo, el Gobierno de Bukele admitió que dicha escalada fue controlada, pero que la cantidad de pandilleros en libertad podría poner en peligro «los avances alcanzados».
Los primeros 30 días de dicho régimen también han estado marcados por las denuncias en redes sociales de detenciones arbitrarias y de llamados de organismos nacionales e internacionales a atender supuestos abusos cometidos durante este periodo.