
Durante décadas, Berlín ha guardado 1.200 toneladas de sus famosas reservas de oro, las segundas mayores del planeta después de las de EEUU, en una bóveda subterránea de la Reserva Federal estadounidense en Manhattan.
Ya por el año 2013, el Bundesbank inició un proceso de repatriación de parte de su oro almacenado en el extranjero, trayendo de vuelta 674 toneladas desde EEUU y Francia, completando este proceso en 2017, antes de lo previsto.
Ahora, figuras importantes del partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU), que liderará el próximo gobierno alemán, han discutido retirarlo todo de New York debido a la preocupación de que Washington ya no es un socio confiable, informó el periódico Bild.
«Por supuesto, la pregunta ha vuelto a surgir», dijo a Bild Marco Wanderwitz, ex ministro del gobierno alemán que renunció a su escaño de la CDU en el Bundestag este año.
El señor Wanderwitz ha abogado durante mucho tiempo por una política que permitiera a los funcionarios alemanes inspeccionar regularmente el oro o retirarlo por completo.
Anteriormente había hecho lobby para visitar las reservas de oro e inspeccionarlas personalmente, pero su solicitud fue rechazada en 2012.
La riqueza de Alemania se obtuvo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando las exportaciones aumentaron dando lugar a grandes superávits comerciales con otras naciones.
Estos excedentes se convirtieron en oro bajo el sistema de Bretton Woods.
Recientemente, algunos políticos alemanes han expresado inquietudes sobre la seguridad y transparencia de las reservas de oro almacenadas en el extranjero, especialmente en EEUU, y han sugerido reconsiderar la estrategia de almacenamiento.
Markus Ferber, miembro del Parlamento Europeo por la CDU, dijo que también estaba a favor de que los funcionarios alemanes pudieran inspeccionar personalmente los lingotes.
«Solicito controles periódicos de las reservas de oro de Alemania. Los representantes oficiales del Bundesbank deben contar personalmente los lingotes y documentar los resultados», declaró.
Ambos políticos hablaron con Bild antes de que Trump impusiera amplios aranceles a la Unión Europea esta semana, lo que puede haber endurecido aún más su posición.
El valor estimado de la reserva alemana de Manhattan es de 113.000 millones de euros (96.000 millones de libras) y representa el 30% de las reservas de oro del país en todo el mundo.
Antes de la crisis con la administración Trump, guardar el oro en una bóveda estadounidense era considerado una medida sensata porque proporcionaba acceso a liquidez en dólares, en caso de ser necesaria durante una recesión grave.
Michael Jäger, miembro de la Asociación de Contribuyentes de Europa, dijo que sería mejor “traer todas las reservas de oro alemanas a Frankfurt o al menos a Europa lo más rápido posible”.
Lo cierto es que, en las circunstancias actuales, el oro no se mueve así nomás, y que un país tan relevante como Alemania lo saque de la Reserva Federal sería una bofetada simbólica al prestigio del dólar y al rol de EEUU como garante de confianza.
Actualmente, las reservas de oro de Alemania están distribuidas de la siguiente manera:
1.710 toneladas en Fráncfort, el 30% (1230 toneladas) en Manhattan, y otro 13% (430 toneladas) de las reservas de oro en Londres.
El Bundesbank afirmó no tener ninguna duda de que la Reserva Federal de New York es un socio confiable para el almacenamiento de las reservas de oro.
Las reservas de oro no son el único ámbito en el que Alemania busca fortalecer su independencia. Tras ganar las elecciones de febrero, Friedrich Merz, líder de la CDU, anunció una reforma histórica sobre el endeudamiento que podría liberar un gasto ilimitado en el presupuesto de defensa.
Las reformas eximirán del freno de la deuda a proyectos de defensa por un valor equivalente al 1% del PIB y se combinarán con un fondo de infraestructuras de 500.000 millones de euros para reparar las deterioradas carreteras, ferrocarriles y servicios públicos de Alemania.
El objetivo es convertir a la Bundeswehr, el ejército alemán, en una fuerza creíble para la seguridad europea, así como ayudar al resto de Europa a rearmarse y a poner fin a su dependencia de las armas y tropas estadounidenses.
La Reserva Federal de New York es el mayor depositario de oro del mundo. Almacena alrededor de 6.330 toneladas de oro para más de 30 bancos extranjeros. Algunos países que tienen o tenían oro en EEUU son, por ejemplo:
Países Bajos, que tenía parte de su oro en New York, Londres y Ottawa y en 2014, sorprendió al mundo repatriando 122 toneladas desde New York a Ámsterdam.
Declararon que querían diversificar sus riesgos y mejorar la confianza pública. Eso sonó a «no confiamos tanto en tenerlo tan lejos…».
Austria, que en 2015 anunció que traería parte de su oro de vuelta desde Londres y New York, buscando tener el 50% de sus reservas en Viena. También alegaron «gestión de riesgos».
Turquía, que en 2018 retiró todo su oro almacenado en la Reserva Federal (unas 220 toneladas). Esto fue un gesto fuerte de autonomía en medio de tensiones con Washington.