
En un operativo a gran escala, la Fiscalía Federal y la Policía Criminal Federal detuvieron a cinco menores de edad y jóvenes. Desde un insólito punto de vista de los agentes de seguridad del Estado, se trata de una organización terrorista.
En los últimos años, los gobiernos alemanes han incrementado la persecución contra los ciudadanos que al mismo tiempo han comenzado a rechazar las políticas como fronteras descuidadas y la inmigración descontrolada, junto con la situación de un estado policial que se acrecienta, entre censuras y detenciones que generan el incesante descontento social.
Ben-Maxim H., de 14 años, fue arrestado el miércoles junto con Jerome M., Lenny M. (ambos de 15), Benjamin H. (16) y Jason R. (18). La policía alemana afirma que los cinco son sospechosos de pertenecer o apoyar a una «organización terrorista nacional de derecha». Otros tres sospechosos de Sajonia y Turingia, de entre 18 y 21 años, ya estaban bajo custodia.
La Ministra de Justicia, Stefanie Hubig, del partido izquierdista SPD, calificó los arrestos como una «señal de alarma» y destacó la «impactante participación» de menores en el «terrorismo de extrema derecha».
La “Última Ola de Defensa” (Letzte Verteidigungswelle) es acusada de ser un grupo de jóvenes neonazis activos en varios estados federados. Desde el año pasado, ha estado reclutando seguidores a través de redes sociales como Instagram, TikTok y Telegram. Otros grupos similares tienen nombres como “Joven y Fuerte” (Jung und Stark), “El Escuadrón de Disturbios” (Der Störtrupp) y “Juventud Alemana Avanzada” (Deutsche Jugend Voran).
Se dice que las filas de la «Última Ola de Defensa» ya han llevado a cabo varios atentados, como el de octubre de 2024 contra el recinto de eventos Kultberg en Altdöbern, Brandeburgo. El edificio quedó prácticamente destruido en su totalidad durante el incendio y los daños materiales ascendieron a cientos de miles de euros. Por este motivo fueron detenidos en febrero dos jóvenes de 15 años, que posteriormente fueron puestos en libertad.
Las autoridades también culpan a miembros de la «Última Ola de Defensa» por un ataque a un centro de refugiados en Schmölln, Turingia, en enero. Se dice que dos jóvenes, que en ese momento tenían 20 y 18 años, pintaron la fachada con símbolos de extrema derecha y lemas xenófobos. También se dice que intentaron incendiar el edificio con fuegos artificiales. Ambos acusados se encuentran detenidos desde hace varios meses.
Se dice que miembros de la “Última Ola de Defensa” también planearon un ataque contra un refugio de refugiados en Senftenberg, Brandeburgo. En febrero, la policía arrestó a un hombre de 21 años en el distrito sajón de Meißen. En ese momento, los investigadores encontraron dos bombas esféricas que aparentemente pretendían atacar el alojamiento. El arresto fue precedido por una pista de un periodista de RTL que se había infiltrado en el grupo para realizar una investigación.
El desencanto ante la anarquía en la implementación de algún eficiente plan de seguridad en el país terminar por obligar a los ciudadanos a actuar de alguna u otra manera, con prudencia o imprudencia. Pero que si algo cierto hay es que el causante de estas manifestaciones es el desgobierno durante las últimas décadas, donde la población se ve acorralada finalmente cuando la crisis desborda.
No por otras razones es que AfD ha comenzado su ascenso en popularidad en toda Alemania, respondiendo a los problemas profundos que la democracia ha traído bajo la manga, generando inseguridades; sociales, económicas, energéticas. Inseguridad general, al fin y al cabo.