El antiguo secretario de Estado, que tiene 100 años, desempeñó un rol crucial ayudando a China a salir de su aislamiento diplomático en los años 70.
EEUU enfatizó que se trata de una visita como ciudadano privado, y por ende no tiene carácter oficial. Pero teniendo en cuenta lo que representa para China Kissinger, el exsecretario de Estado podría actuar como un canal secundario para las negociaciones entre ambos países.
La televisión estatal mostró a Xi sonriendo mientras le decía a Kissinger: “Estoy muy contento de verlo”.
Ambos se reunieron en la residencia de invitados estatal de Diaoyutai, un espacio más íntimo que el Gran Salón del Pueblo, donde normalmente se realizan los encuentros oficiales con diplomáticos extranjeros.
Diaoyutai es también el lugar donde, hace medio siglo, Kissinger se reunió con las autoridades chinas en una visita secreta que ayudó a iniciar la normalización de los lazos entre EEUU y China, recordó Xi.
«Nunca nos olvidaremos de nuestros viejos amigos, y no nos olvidaremos de sus históricas contribuciones al desarrollo de las relaciones entre EEUU y China y la amistad entre los dos pueblos”, añadió.
El tono afectuoso de Xi se hizo eco de los mensajes conciliadores de otros altos funcionarios que se reunieron con Kissinger luego de su llegada el lunes.
Las declaraciones chinas sobre sus encuentros con el alto diplomático Wang Yi y el ministro de Defensa Li Shangfu enfatizaron la necesidad de respeto, cooperación y una “coexistencia pacífica” entre los dos superpoderes.
También citan a Kissinger diciendo que él es un “amigo de China”, y que “ni EEUU ni China pueden darse el lujo de tratarse mutuamente como adversarios”, y que su relación sería “central para la paz en el mundo y el progreso de nuestra sociedad”.
Los medios estatales chinos presentaron la visita de Kissinger bajo una luz positiva, mientras que en las redes sociales muchos se maravillaron de la energía de Kissinger.
Sin embargo, algunos se lamentaron de que EEUU estuviese enviando a centenarios para promover lazos entre los dos países.
Un portavoz del Departamento de Estado dijo esta semana que tenían conocimiento del viaje de Kissinger y que “no les sorprendería” que él decidiera compartir información sobre la visita a su regreso.
Pero también enfatizó que él estaba allí “por su propia voluntad” y no actuando en nombre del gobierno estadounidense.
En una entrevista en diciembre, Kissinger criticó la postura de los gobiernos de Trump y Biden respecto a China.
Si bien Kissinger conoce bien China -ha visitado el país en más de 100 ocasiones y la última vez que se reunió con Xi fue en 2019- su viaje llega un momento de cambio en las relaciones entre EEUU y China.
Después de meses de hostilidad exacerbada por el incidente del globo espía este año, las negociaciones diplomáticas parecen estar encarriladas nuevamente, ahora que China ha recibido en un espacio de pocas semanas a una serie de altos funcionarios estadounidenses.
Sin embargo, esto no cambiará el hecho de que China, a fin de cuentas, se ceñirá a sus prioridades, señaló Wen-ti Sung, politólogo de la Universidad Nacional de Australia.
A pesar de que Kissinger tiene una reputación controvertida en otras partes de Asia por su papel en la guerra de Vietnam, en China sigue siendo muy bien considerado por ayudar al país a recuperar su comunicación con el resto del mundo.
En 1971, cuando EEUU y China no tenían relaciones oficiales, Kissinger realizó visitas clandestinas a Pekín para organizar un viaje del entonces presidente estadounidense Richar Nixon.
Al año siguiente, Nixon aterrizó en suelo chino y se reunió con los principales líderes, incluido Mao Tse Tung.
Este encuentro allanó el camino para la normalización de las relaciones diplomáticas en EEUU y China y la apertura de la economía china.