Auténtico titán de la historia del pensamiento, Tomás de Aquino se convirtió en el máximo representante de la teología de su época, y con el paso del tiempo, de toda la escolástica. Elaboró la influyente doctrina filosófica del «tomismo» que tomaba las ideas platónicas que había adoptado el cristianismo anteriormente y las fundió con las tesis de Aristóteles, dando lugar a un pensamiento que marcaría el futuro de la historia. Su labor habría de ser el primer paso para la independencia de la razón, paso decisivo que terminaría por enterrar la filosofía medieval antes de anunciar la moderna. Estas son las 10 claves de su vida y su pensamiento.
1 Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, en Frosinone (Italia). Era uno de los hijos de Landolfo, Conde de Aquino. Estudió en el monasterio de Monte-Casino y más tarde en la Universidad de Nápoles, destacando por su inteligencia, sencillez y mutismo (debido a su gran tamaño y sus largos silencios, se le apodó “El buey mudo”). Decidió ingresar en la orden de predicadores, los famosos dominicos, en 1244, lo que despertó las iras de su madre, quien ordenó a sus hermanos que lo detuvieran, secuestraran y encerraran. Sin embargo, la determinación de Tomás para cumplir su deseo hizo que su familia terminara cediendo.
2 Viajó a París, que terminaría siendo el centro de su vida, y se convirtió en discípulo de Alberto Magno, con quien estudiaría también en Colonia. Residió en varias ciudades de Italia, la última de ellas, Nápoles, donde había empezado a estudiar. En 1274 salió de viaje para acudir al II Concilio de Lyon, convocado por el papa Gregorio X, pero murió por el camino el 7 de marzo de ese año, en la Abadía de Fossanova.
3 Los testimonios que quedan de los más próximos a él destacan su infinita bondad y el intenso afecto que despertaba entre sus amigos y familiares más cercanos. La iglesia lo canonizó como Santo Tomás. Al nombrarlo doctor de la iglesia y santo patrón de las universidades y centros de estudio católicos (su festividad se celebra el 28 de enero), destacó su tremenda relevancia en la escolástica, término con que se conoce el pensamiento filosófico desarrollado durante la Edad Media, desde la caída del Imperio Romano de Occidente, en 476, hasta la caída de Constantinopla en manos de los turcos en 1453, que dominó por completo la vida intelectual de este periodo en toda la cristiandad.
4 Es considerado uno de los más importantes filósofos del cristianismo -si no el más relevante-, pues logró fundir el platonismo que hasta entonces había predominado en la filosofía cristiana con las tesis de Aristóteles, principalmente las teorías de la abstracción, del acto-potencia y de la analogía.
5 Es necesario destacar, sin embargo, que la famosa expresión “aristotélico-tomista” es errónea. No puede entenderse como una filosofía que comprende a Aristóteles y santo Tomás. No hay una filosofía aristotélico-tomista, sino simplemente tomista.
6 Marcó claramente los límites de la filosofía y la teología, demostrando a la vez la íntima relación que existe entre la fe y la ciencia, lo natural con lo sobrenatural. Consideraba que filosofía y teología eran dos ciencias distintas, dos formas a partir de las cuales saber. Por un lado, la teología se funda en la revelación divina, mientras que la filosofía lo hace en el ejercicio de la razón humana. La teología, por tanto, no la hace el hombre, sino Dios al revelarse. Dios es, entonces, la verdad. La razón, si somos capaces de usarla correctamente, también puede permitirnos acercarnos a la verdad, pero no debería haber ningún conflicto entre ambas, pues las dos buscan y encuentran lo mismo.
7 Sus obras son muy numerosas, pero sin lugar a dudas la más importante es la Suma teológica, gran exposición sistemática de su pensamiento y el libro más importante de la escolástica. Buena parte de la producción posterior de esta ha consistido en comentarios a las obras de santo Tomás.
8 Logró llevar a cabo la mejor síntesis entre razón y fe que se había logrado hasta la fecha. Concedió a la razón su propia autonomía en todas aquellas cosas que no se deben a la revelación. Para explicar la autonomía de la razón recurrió a la filosofía de Aristóteles como instrumento adecuado para ello. Desde esta postura, Aquino afrontará antiguas cuestiones, entendiendo, por ejemplo, a Dios como “primer motor del mundo eterno”, el alma como mera forma del cuerpo y la preexistencia de las esencias.
9 Las ideas de Tomás de Aquino sobre el hombre son muy innovadoras: lo entiende como una unión de alma y cuerpo, pero no siendo la primera como una mera forma del cuerpo que, por ejemplo, perece con él. Es su forma, pero también es lo que le da su Ser, su individualidad. El hombre existe y es individuo por su alma. Cada alma es depositaria de su propia inmortalidad.
Santo Tomás es el más importante filósofo de la escolástica, pensamiento que dominó la vida intelectual en toda la cristiandad durante la Edad Media
10 Santo Tomás explica la existencia de Dios de cinco maneras, que es lo que reunió en sus famosas “Cinco vías”. La idea fundamental que establece Aquino para demostrar que Dios existe es que Dios, aunque es invisible e infinito, puede ser demostrado a través de sus efectos, los cuales sí son visibles y finitos. Sabemos, por tanto, que Dios ES. Lo que no sabemos y no podemos saber es QUÉ ES:
- Por el movimiento: existe el movimiento y todo lo que se mueve es movido a su vez por un motor. Este, a su vez, ha sido movido anteriormente por otro, secuencia que se debería seguir hasta el infinito. Sin embargo, eso no es posible, por lo que tenemos que concluir que existe algo al principio de todo, un primer motor, que es el que ha puesto todo el sistema en marcha. A ese primero motor es a lo que Aquino denomina Dios.
- Por la causa eficiente: hay una serie de causas eficientes (principio que produce un efecto), pero es necesario que exista para ello una causa primera, pues, de lo contrario, no habría ningún efecto. Esa causa primera es Dios, según Aquino.
- Por lo posible y lo necesario: la generación y la corrupción muestran que hay entes que pueden ser o no ser. Puesto que estos entes alguna vez no han sido, tendría que haber habido un tiempo en que no hubiera nada y que nada hubiera llegado a ser. Es imprescindible entonces que exista un ente que sea necesario por sí mismo. A ese ente necesario es al que Aquino llama Dios.
- Por los grados de perfección: hay diversos grados de todas las perfecciones, que se aproximan más o menos al absoluto. Debe haber por lo tanto un ente que sea sumamente perfecto, y que sea causa de toda perfección de todo ser. Ese ser perfecto es Dios.
- Por el gobierno del mundo: los entes inteligentes tienden a un fin y a un orden. No lo hacen al azar, sino por la inteligencia que los dirige. Ha de haber, por tanto, un ente inteligente que ordena la naturaleza y la impulsa a su fin. Quien dirige inteligentemente la naturaleza es Dios.
Palabra de Tomás de Aquino
- “En esto consiste propiamente amar a alguien: querer el bien para él”
- “El estudioso es el que lleva a los demás a lo que él ya ha comprendido: la verdad”
- “Teme al hombre de un solo libro”
- “Todos los hombres, por naturaleza, desean saber”
- “Justicia es la firme y constante voluntad de dar a cada uno lo suyo”
- “La misericordia es la más grande de las virtudes, ya que a ella pertenece el volcarse en otros y, más aún, socorrer sus carencias. Esto es peculiaridad del ser superior y por eso se tiene como propio de Dios tener misericordia”
- “Lo que se recibe se recibe al modo del recipiente”
- “La raíz de la libertad se encuentra en la razón. No hay libertad sino en la verdad”