Según los datos publicados por el sitio “Worlddometer”, la cantidad de abortos realizados en lo que va del año supera los 34.000.000. Con un promedio actual de 100.000 por día.
Los números son desgarradores y muestran un claro reflejo de la cultura de la muerte y la deshumanización por la que puja el Progresismo.
Además, según “AFI Guatemala”, al 31 de diciembre de 2019 se llevaron a cabo 42.400.000 abortos y 42.600.000 a finales del 2020.
Esto quiere decir que, si realizamos un promedio, es probable que para finales de 2021 se vayan a asesinar a 41.500.000 de personas por nacer aproximadamente.
Las cifras podrían ser consideradas como irrelevantes desde los sectores verdes puesto su negacionismo de la vida humana desde la concepción, al considerar que solamente se estaría descartando un “conjunto de células”.
Peor aún, organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional no parecen muy preocupados por estos datos dado que, según ellos, se trata de una cuestión de derechos y de empoderamiento de “las personas gestantes”.
Vale la pena mencionar dos puntos relevantes. El primero implica que la legalidad tiende a aumentar el número de abortos producidos. Y, en segundo lugar, países como Argentina no brindan números oficiales ni estadísticas. Lo cual dificulta la tarea de relevamiento de la situación actual del genocidio de personas por nacer en el país.
¿Cuánta sangre debe ser derramada para que las feministas se sientas empoderadas?