«Los hallazgos corroboran informes previos de encefalitis y miocarditis causadas por vacunas COVID-19 basadas en genes».
El presente informe presenta el caso de un hombre de 76 años con enfermedad de Parkinson (EP) que falleció tres semanas después de recibir su tercera vacuna contra el COVID-19. El paciente fue vacunado por primera vez en mayo de 2021 con la vacuna del vector ChAdOx1 nCov-19, seguida de dos dosis de la vacuna de ARNm BNT162b2 en julio y diciembre de 2021. La familia del fallecido solicitó una autopsia por signos clínicos ambiguos antes de la muerte.
La EP se confirmó mediante exámenes post-mortem. Además, se evidenciaron signos de neumonía por aspiración y arteriosclerosis sistémica. Sin embargo, los análisis histopatológicos del cerebro descubrieron hallazgos previamente insospechados, que incluyen vasculitis aguda (predominantemente linfocítica), así como encefalitis necrotizante multifocal de etiología desconocida con inflamación pronunciada que incluye reacción glial y linfocítica.
En el corazón, había signos de miocardiopatía crónica, así como miocarditis linfohistiocítica aguda leve y vasculitis. Aunque no había antecedentes de COVID-19 para este paciente, se realizó inmunohistoquímica para antígenos de SARS-CoV-2 (proteínas de pico y nucleocápside). Sorprendentemente, solo se pudo detectar proteína de espiga pero ninguna proteína de nucleocápside dentro de los focos de inflamación tanto en el cerebro como en el corazón, particularmente en las células endoteliales de los vasos sanguíneos pequeños.
Dado que no se pudo detectar la proteína de la nucleocápside, la presencia de la proteína del pico debe atribuirse a la vacunación más que a la infección viral. Los hallazgos corroboran informes previos de encefalitis y miocarditis causadas por vacunas COVID-19 basadas en genes.
Fuente: Vaccineshttps://www.mdpi.com/2076-393X/10/10/1651