El Congreso de los Diputados votó el pasado jueves favorablemente la ley propuesta de ley impulsada por el PSOE en la que se modifica el Código Penal para penalizar el acoso a las mujeres y a los trabajadores de las clínicas en las que se practican abortos.
Según la norma aprobada, se castigará a quienes se concentren a las puertas de las clínicas para «hostigar y coartar a las mujeres» que acuden y a los trabajadores con una pena de prisión de tres meses a un año o con trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 80 días. Un acoso, que además, afirma el texto podrá ser perseguido sin que sea necesaria una denuncia expresa de la víctima.
La norma que modifica el Código Penal fue aprobada por todos los grupos del Congreso, excepto PP, Vox y UPN. La iniciativa pasará ahora al Senado para su tramitación.
El texto no afirma concretamente la prohibición de rezar, pero en la práctica supondrá que las personas que acudan a rezar o los “rescatadores” que han salvado la vida de miles de niños, podrían ser penalizados con penas de hasta un año de prisión. Martina Velarde, diputada de Unidas Podemos dejaba claro la idea en su intervención: «El rezo no es libertad de expresión si el fin que persigue es señalar y coaccionar”.
Niños rescatados
Frente a cuestiones políticas y legales la realidad se impone. Gracias a los “rescatadores” muchos niños han salvado su vida durante este tiempo. Es el ejemplo de María, cuya tercera hija acaba de cumplir 10 meses. Se confundió con los números de teléfono y no sabe cómo terminó llamando a la Asociación de Rescatadores.
Luego de horas de conversación, decidió reunirse en persona con un miembro de la asociación y comenzó a llorar, reconociendo cuánto le quitaba la paz la idea del aborto
Ana sufrió un drama similar. Decidió abortar a su quinto hijo, pero los rescatadores la apoyaron y desistió de su idea. O Mariana, que conoció a un rescatador mientras iba a la clínica a realizar un aborto.
Con la reforma del Código Penal propuesta en el Parlamento, todos estos niños no habrían nacido.